20. Reencuentro

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Jack Frost

No estaba seguro de querer soltar a Bianca, sentía que si lo hacía, ella desaparecería. Y no quiero que desaparezca, no otra vez.

―Te he extrañado demasiado ―le dije, aun la tenía envuelta en mis brazos.

Me alejé un poco para verla otra vez. Sus ojos seguían cautivándome, no importaba cuánto la mirara, me sentía hechizado, ella era como una droga. Y era la mejor de todas. No tengo idea de cómo he sobrevivido estos 40 años sin ella.

―Juro que no volveré a dejar que... ―no pude terminar de hablar, porque ella me había empezado a besar.

Sus manos acariciaban mi nuca, mientras hacía que me inclinara más hacia ella. Rodeé su cintura y seguí el beso. No había razón para no hacerlo, ella era MI Bianca y yo la amaba.

Mordió mi labio y luego su lengua se abrió paso hacia mi boca. Estábamos compartiendo un momento algo subido de tono, era perfecto. El único problema era que no soy muy fan de que los guardianes nos estuviesen viendo. Así que, con todo el dolor del mundo, me separé.

―Me alegra que estés igual de emocionada que yo de verte ―le dije, no necesitaba verme para saber que tenía una sonrisa inmensa en el rostro.

Ella es la única que puede hacer que me vuelva cursi y un idiota enamorado.

Bianca también sonreía y se notaba que estaba agitada. No puedo esperar por estar solos y continuar con ese beso.

―Mmmm... han pasado 40 años, Jack. No has sido el único que ha pensado en el otro ―respondió. Se empinó para besarme nuevamente.

Un carraspeo nos interrumpió.

―Me gustaría poder saludarla ―dijo Conejo.

Gruñí.

No quería interrupciones, pero supongo que es justo que él la salude.

Me separé de Bianca a regañadientes, pero ella tomó mi mano. La sentía algo tensa. Ella miraba a Conejo de una manera extraña, luego sonrió.

― ¿Ya te olvidaste de mí? ―le preguntó, jamás había visto a Conejo tan feliz―. Mi pequeña Ashelia ―abrió sus brazos y la atrajo hacia él.

Bianca aun sostenía mi mano, se quedó quieta mientras Conejo la abrazaba. Ella se demoró en devolverle el gesto. Es probable que Bianca no pudiera creer que Conejo estaba ahí. Después de todo, aunque odie admitirlo, ellos tenían una relación muy estrecha.

Luego de unos segundos, Bianca soltó mi mano y envolvió sus brazos alrededor de Conejo.

―Ashe, te he extrañado demasiado ―murmuró Conejo.

Fruncí el ceño.

Esto ya es demasiado afecto.

Cinco segundos más y lo boto.

―No ―dijo Bianca―, no me digas Ashelia, ni Ashe ―Conejo se separó de ella, se veía sorprendido, al igual que yo―. Ashelia es mi... pasado ―explicó―. Yo soy Bianca, Bianca Gannett, por favor, no me llames Ashelia nunca más.

Conejo colocó su mano sobre la cabeza de Bianca. ―Como tú quieras, pequeña.

―Mmmm, gracias... Conejo ―sonrió.

―Bueno, bueno, me toca a mí ―dijo Norte mientras se acercaba a nosotros―. Yo también te he extrañado mucho, Bianca.

Apartó a Conejo a un lado, de hecho, este casi se cae, así que empecé a reírme de él. Conejo me lanzó una mirada de odio, pero no le hice caso. Estos son los momentos que más disfruto al lado de Conejo, cuando él sufre.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora