55. El As bajo la manga

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Jack Frost

Los segundos pasaron en cámara lenta.

Willow tratando de seguir perforando a Rynoa con una flecha.

Night corriendo hacia ellas con su cayado en manos.

El cayado incrustándose en el pecho de Rynoa, dejándola con una expresión en blanco.

Rynoa cayendo por el hueco que formó Chat Noir.

Los gritos que soltó Peter me hicieron reaccionar. Cuando la dejé de ver, cuando estaba en el vacío. Algo dentro de mí se rompió.

—¡RYNOA! —grité con todas mis fuerzas.

Fue ese grito el que provocó que todos a mi alrededor dejaran de luchar. Corrí hacia Night, quien estaba de rodillas frente al abismo. Peter llegó al mismo tiempo que yo. No podía ver nada, solamente la lava al fondo.

Salté.

Tenía que encontrarla. La lava no podía haberle hecho nada, ella tenía que estar ahí.

Un jalón en mi sudadera hizo que me detuviera. Night me observaba con los ojos llenos de lágrimas. Negó una vez. No necesitaba hablar para entenderlo.

Rynoa ya no estaba.

Rynoa.

No puede ser.

No hubo bulla. Nadie se atrevía a decir algo. No estaba seguro de si alguien podría. Al menos hasta que Pitch lo hizo. Una risa burlona se escapó de él. No creo que fuera tan sonora, pero entre el silencio, era como si hubiese usado una bocina.

—¡No puede ser! —gritó—. El señor Hakutón dijo que Rynoa moriría, pero jamás creí que sería en manos de ti, Nightlight. Sí que tienes agallas.

Toda la atención ahora estaba sobre él.

—Estoy sorprendido —confesó—. Jack, ¿qué se siente? El amor de tu vida ha muerto otra vez.

Sin pensarlo dos veces, me había abalanzado sobre él, golpeándole la cara solo con mi puño. Escuché un «crack», probablemente su nariz.

—¡Te voy a matar, Night! —gritó Peter.

Escuché sonidos de pelea detrás de mí, pero no me giré, estaba pendiente a Pitch. Había retrocedido, tapando su nariz. Sangre había empezado a deslizarse por su rostro, aunque parecía no afectarle.

—No importa lo que hagas —declaró Pitch—, no traerá a Ry de vuelta.

—¡Basta, Peter! —ese era Erick.

—Además, Jack, si quieres vengarte de alguien, deberías hacerlo de Nightlight, no de mí —se cruzó de brazos—. Yo no maté a tu preciada Ry. Ahora bien, si quieres vengarte de mí por tener a Bianca cautiva, esa es otra cosa.

—¡Jack! —gritó en ese momento Bianca.

Pero no podía verla a los ojos. La había traicionado. Porque, es cierto. Tenía sentimientos por Rynoa y, ahora que ella no estaba, es como si hubieran desgarrado una parte de mí.

—Pero hay algo más importante —mencionó Félix—. Ahora que todos están prestando atención, podríamos decirlo. ¿No te parece? —luego me miró—. Esto te hará sentir mucho mejor, Frost.

Fruncí el entrecejo. —Solo hay una cosa que me hará sentir mejor —apunté mi cayado hacia ellos—. Matarlos.

Pero antes de poder hacerlo, la jaula de Bianca se interpuso. Félix había movido a los Osseus que la cargaban. Tuve que bajar mi cayado. No podía lastimar a Bianca, no más de lo que ya había hecho al tener sentimientos por Rynoa.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora