33. ¡Deshonor sobre toda la Navidad!

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Rynoa

No sabía que tan buena idea podría ser ver el trineo cuando Norte, claramente, nos dijo que nos fuéramos del taller.

Sé que no soy de las personas que hace caso, pero igual, teníamos que respetar las herramientas de trabajo de Norte, y... su casa. Yo odiaría tener a todos estos idiotas explorando mi palacio, no sería amable y tampoco les diría de buena manera que se vayan; simplemente los lanzaría por la ventana hacia el vacío.

―Estás teniendo pensamientos asesinos ―me dijo Night.

Él me conoce tan bien.

―Solo un poco ―le respondí, encogiéndome de hombros.

― ¿Qué clase de pensamientos? ―me preguntó Landon.

Suspiré. No tenía ganas de contar mis intenciones asesinas. Además, para ser sincera, cada vez que me imaginaba lanzando a alguien por una ventana hacia el vacío, ese alguien era Bianca.

―Sigue pensando en esas cosas asesinas ―dijo Night―, está sonriendo con malicia.

Me crucé de brazos. ―No tengo una sonrisa maliciosa.

―Sí, la tienes ―dijo Peter Pan, quien se iba acercando a nosotros―, pero es una hermosa sonrisa.

―Bien, Romeo ―le dijo Robin Hood, que parecía estar divirtiéndose mientras nos observaba―, creo que deberías dejar eso para más tarde, ya nos estamos yendo hacia el establo.

No me había percatado de que Jack Frost, Bianca y Chloe ya se habían marchado del salón del globo.

― ¡No deberías de arruinar los momentos ajenos! ―le reprochó Peter Pan.

―Para tu información ―le dije―, esto no fue un 'momento'.

Seguí a Robin Hood fuera del salón, sé que los demás nos seguían de cerca. La verdad es que no sé dónde está el establo, exactamente. Es muy fácil perderse aquí adentro. En especial en esta época, pues todo está desordenado.

Jack Frost

En realidad, entrar al establo es más complicado de lo que las personas creen. Porque solo puedes hacerlo si tienes la llave, la cual está escondida y nadie sabe dónde encontrarla. Bueno, solo lo saben Norte y algunos yetis; no creo que los demás guardianes sepan dónde se oculta.

Claro que yo sí lo sé.

Por favor, soy Jack Frost, lo sé todo.

― ¿Seguro que sabes dónde está la llave? ―me preguntó Bianca.

Asentí. ―Ya antes he espiado a Norte, para averiguar dónde estaba la llave ―le dije.

Ella alzó una ceja. ― ¿Por qué?

―Quería hacerle una broma ―respondí encogiéndome de hombros.

Ella se rio.

Amo su risa, no sé cómo he sobrevivido cuarenta años sin escucharla.

― ¿No crees que ha cambiado el lugar en donde la oculta?

Negué. ―Siempre la ha mantenido en el mismo lugar ―dije, guiñándole el ojo.

Norte es una persona de costumbres, siempre mantiene todo en su lugar... bueno, excepto las esferas. En realidad, las esferas sí seguían en el mismo lugar, en su cuarto, solo que en lugar de estar bajo su cama, estaban en el closet.

―Eres astuto, pero también un poco malo con Norte ―me dijo.

― ¿Malo? ¿Yo? ―traté de sonar ofendido.

No soporto a Jack Frost | MRCJF #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora