No soporto a Jack Frost | MRCJF #2

37. Tu estúpido consejo

Jack Frost

Seguíamos sin encontrar nada y solo faltaban dos horas para reunirnos con los demás en el taller. Nadie había encendido las luces, lo que quería decir que nadie había encontrado nada aun. Voy a admitir que tenía miedo de no encontrarlos a tiempo. Mi fe y esperanza eran cada vez menores. Y no se me puede juzgar por ello, soy el guardián de la diversión, no de la esperanza.

¿Quieren esperanza?

¡Vayan con Conejo!

― ¿Sabes si hay alguna cueva por aquí? ―me preguntó Night, quien aún tenía al zorro en brazos.

― ¿Por qué lo preguntas?

―Tal vez ahí es donde están escondidos.

Suspiré. Había pensado en eso también, pero por esta zona no había cuevas, al menos no que yo conociera. Con todo eso del calentamiento global -que ha empeorado con el pasar de los años- casi no había hielo. Y eso que he hecho lo posible por mantenerlo en pie.

Culpo al idiota que se encarga del verano. Solo lo vi una vez en mi vida y hasta ahora lo odio.

― ¿Me estás oyendo? ―Night ondeaba su mano enfrente de mi cara para llamar mi atención.

―No, ¿qué dijiste? ―le pregunté, luego de apartar su mano de mi cara.

Él suspiró. ―Te dije que deberías dejar de perderte en tus pensamientos.

― ¿Cuándo me he perdido en mis pensamientos?

―Las últimas tres horas ―respondió rodando los ojos.

―Solo déjame en paz ―le pedí, aunque no de buena manera―, hay cosas más importantes que hacer.

Seguimos nuestro camino, cada vez, habían menos lugares donde podrían estar los renos. Todo era nieve, no había lugares donde ocultarse. Y no había cuevas. Lo peor de todo era que Night no hacía del viaje algo más sencillo, porque se negaba a dejarme en paz.

―Antes de salir del taller, te vi pelear con Bianca, ¿seguro que no quieres hablar de eso? ―preguntó y yo me estresé más de lo que ya estaba―. Ry siempre dice que doy los mejores consejos.

No pude evitar reír luego de oír esa última frase. ―Rynoa jamás diría algo así.

Night también rio. ―Es cierto, Ry jamás me ha dicho eso, pero estoy seguro de que lo piensa.

Suspiré. ―No peleé con Bianca ―dije.

Estaba resignado, Night no me iba a dejar en paz.

― ¿Qué pasó, entonces?

―Me agradabas más cuando no hablabas ―comenté, al menos antes no se metía en mis asuntos.

―A mí me agradabas más cuando no estabas de mal humor.

―Si te digo, ¿prometes dejar de fastidiarme? ―el asintió―. Bien, no peleé con Bianca, solo discutimos.

Sé que son términos muy parecidos, pero aun así no son lo mismo. Solo hubo un pequeño desacuerdo, eso es todo...

― ¿Por qué?

Preferí no gritarle por interrumpirme, solo continué con el relato.

―Porque ella quería venir con nosotros.

― ¿Qué tiene eso de malo? ―preguntó.

―Bianca podría salir lastimada, sé que ahora mismo no es un humano, pero tampoco es un espíritu. Si nos encontramos con Pitch o cualquiera de ellos, podrían hacerle algo malo ―y no puedo dejar que le pase algo malo, no más. Estuvo demasiado tiempo en ese orfanato, no quiero que Bianca vuelva a sufrir.