06 | Drástico reencuentro

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Drástico reencuentro


Paris, Francia.

28 de Octubre del 2022

Cristian

Alzo mi muñeca derecha para ver la hora en mi reloj y caigo en cuenta que son las 4 de la mañana y se me están congelando las bolas. Acomodo correctamente la casaca de cuero sobre mi cuerpo para salvaguardarme del asqueroso frío de Paris al momento de salir del jet privado de Alessa junto al grupo de escoltas que hacen lo mismo que yo. 

Soy el primero en bajar así que debo asegurar el perímetro del lugar porque las demás organizaciones ya saben que estamos aquí y esto puede terminar en una batalla de sangre, obviamente a favor de ellos pues no contábamos con armas en nuestras manos justo ahora.

A pesar del frío, siento como las palmas de mis manos se encuentran sudadas y es sólo por el hecho de que me han encargado la captura de la mujer que amo. ¿Qué ironía, no? Hice todo lo que estuve al alcance de mis manos para asegurar una mejor vida para ella y ahora acontece que todo fue en vano. ¿Lo peor? No puedo negarme. 

El sólo hecho de que tengan la vida de Valentina me ata de manos. Si me negaba... joder... no quería pensar que hubiese pasado si me negaba nuevamente a esta puta misión. El tiempo para mi plan se estaba acortando y debía actuar rápidamente si no quiero perder a las personas que amo. Otra vez.

Sé que debo instalarme en una de las casas abandonadas que prestan ciertas organizaciones aliadas con la nuestra para poder descansar mientras reparamos estrategias para la captura pero decido separarme del grupo y ordenar que estén juntos mientras que yo alquilo una habitación en un hotel barato para pasar estos días. 

Como soy el líder nadie dice nada así que cada uno coge su maleta y suben a las camionetas blindadas que esperan en puntos estratégicos alrededor del lugar. Yo camino directo a la mía y sólo cuando estoy en completa soledad, cierro los ojos para tomar una fuerte bocanada de aire esperando positivamente de que todo saldrá bien.

Me pierdo por las calles de Paris y con ayuda del GPS en mi celular encuentro un hostal de dos estrellas para pasar la madrugada hasta la mañana. Pago en efectivo y la muchacha frente a mí no hace ninguna pregunta aún cuando logra divisar la pistola dentro de mi cinturón. El lugar está a punto de caerse y el que logre ver a una pareja follar justo a la espalda de la recepción me hace dar cuenta que no debo preocuparme si alguien llega a asesinar en este lugar.

Subo las escaleras casi rotas en su totalidad hasta el segundo piso y debo taparme la nariz con mi camiseta para no ahogarme con el olor a marihuana que desprende una de las habitaciones. Meto la llave en la cerradura y me doy prisa para entrar al cuarto que me dieron en un desespero de poder respirar aire fresco. 

Tiro la maleta hacia un lado y no me molesto en revisar si hay algo de comer porque obviamente la respuesta es no, me quito las botas y sólo debo dar unos cuantos pasos para caer de cara al colchón en un gesto de total cansancio. Dejo mi mejilla derecha sobre la almohada, que sorpresivamente se encuentra limpia, y llevo la mano derecha dentro de uno de mis bolsillos para sacar la foto que he traído.

Con mi pulgar acaricio el rostro presenten en la imagen y dejo un beso en ella. La imagen de Anheli se queda junto a mí y abrazo la foto como si de esa se tratara en realidad. Trago duramente el nudo en mi garganta e igualmente, como todas las noches durante estos tres años, termino llorando como un niño pequeño hasta que el cansancio me vence, logrando que me quede dormido.

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora