Trilogía Reglas | Libro ll
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Cuatro años han pasado desde que se vieron por última vez, desde que se profesaron un amor eterno entre ellos hasta que el olvido de ese sentimiento los obligó a alejarse para siempr...
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Barcelona, España
22 de diciembre del 2022
Cristian
Silencio.
Es lo único que logra habitar en el ambiente que nos envuelve a Anheli y a mí luego de subir por las escaleras hasta llegar a mi habitación. Siento que tengo la palma de mis manos húmedas por culpa del sudor debido a los nervios que me causa estar cerca de ella, en la forma en que nuestra relación está a punto de quebrarse por completo para no sanar más.
Mi espalda está apoyada contra la madera de la puerta y a unos cuantos metros de mí está la presencia de Anheli, parada a un lado de la cama, sujetando su vestido con fuerza entre sus puños. Está nerviosa, lo sé. Entreabre cada tres segundos sus labios, pero no dice nada.
Gira su cabeza a todos los lados menos a dónde estoy yo. El sonido de su respiración es fuerte y estoy completamente seguro que el pálpito de su corazón está tan acelerado como el mío. Debo admitir que tengo miedo de que se salga de mi pecho y vaya volando hacia Anheli para que pueda cuidarlo bien, pero la desconfianza me ata con fuerza y sigo siendo distante.
—¿De qué querías hablar? —pregunto, iniciando esta conversación para que finalice mucho más rápido de lo que realmente quiero. El rostro de Anheli voltea y esta vez sí se fija en mí. Aprieta sus labios dejándola en una línea plena y da un paso hacia adelante, más cerca.
—Sabes bien de lo que quiero hablar.
—¿Lo sé? Bien. ¿Con cuál de todos los temas empezamos? ¿Qué me mentiste todo este tiempo? ¿Qué me engañaste y fingiste amarme cuando lo único que hice fue darte un cariño sincero? ¿Qué mi error fue confiar en ti, acogiéndote dentro de mi familia, para que luego termine enterándome que te daba totalmente una mierda? ¿De eso quieres hablar?
—Acepto... —su voz tiembla, carraspea. Se toma unos segundos para recomponerse— Acepto que no hice bien haberte mentido de esta manera. Que el rencor de una venganza no debió porqué haber llegado tan lejos, lastimándote. Lastimar a tu familia nunca estuvo en mis planes. Lo único que quería-
—Lo único que querías era usarme para llegar a Bruno, pero se te fue todo al carajo porque no tengo relación con él desde que era un adolescente. Te lo dije aquel día en el hospital, fuiste testigo del dolor que me causaba su recuerdo y aún así seguiste adelante. ¿Para qué me querías entonces si no te iba a servir?
