Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)

12 | Culpa al alcohol 🔞

❝ Culpa al alcohol ❞

Paris, Francia

06 de Noviembre del 2022

Cristian

—¿Estás completamente segura de que esto funcionará? —Pregunto un poco nervioso al pensar en el plan que Jesse había formulado y mi pesimismo estaba haciendo estragos en mi sistema queriendo retractarme de esto— ¿Y si nos descubren?

—No lo harán —dice con calma bajando de la camioneta negra, arrastrando su vestido celeste pues hoy la rubia era Cenicienta.

Con un poco de molestia me acomodo la corbata alrededor de mi cuello e intento agrandarlo más pues me sentía demasiado fastidiado. Bufo con molestia, saliendo yo también de la camioneta y cerrando la puerta, quedo atorado pues la cola de este maldito disfraz queda encerrada, obligándome a abrir nuevamente el auto para zafarme.

—¿Por qué tuve que vestirme como príncipe/bestia? —Pregunto llegando al lado de la rubia— ¿No podía vestirme como un personaje cualquiera?

—Porque es el único disfraz que se me vino a la mente que tuviera un antifaz o máscara. Sabemos que Dante ya conoce tu rostro y obviamente no queremos ser botados de una patada de la fiesta, ¿no?

—Bien —siseo entre dientes.

—Ahora ponte el antifaz que te queda bien. Justo en tu naturaleza. Una bestia —bromea y ruedo los ojos, alzando mi brazo para que coloque su mano y caminamos directo a la puerta de entrada del lugar.

—Nombres —dice el hombre de seguridad con el rostro completamente serio intentando mostrar miedo pero lo único que me causa es gracia.

El estúpido italiano debería contratar mejores guardaespaldas. De un puñetazo podría desmayarlo y sin utilizar tanta fuerza.

—Colin Oreau y esposa —responde Jesse y rápidamente giro mi rostro hacia ella cuando pronuncia la palabra "esposa".

El guardia asiente y quita el seguro de la puerta dándonos pase libre para caminar hacia el interior de la enorme mansión. El lugar se veía adornado por completo con la temática de los disfraces y el toque latino que Jesse había mencionado hace unos días. La banda en vivo se hace presente cantando canciones como merengues, salsas y bachatas, haciendo disfrutar a los presentes con aquellos ritmos.

—¿Por qué esa rara presentación? —pregunto a la rubia apenas nos acomodamos en una de las mesas lejos de los invitados reales.

—¿Qué? Ya usaste ese nombre para invertir en el proyecto de Anheli y no me digas que no porque te recuerdo que fui yo la que te creó ese perfil aun cuando no sabía para qué lo ibas a usar —se burla de mí y quedo sin respuesta al saber que tiene razón.

Me quedo como un estúpido payaso al pensar que había hecho aquel movimiento de la manera más oculta posible pero debía tener en cuenta que eso sería imposible sabiendo que fue la rubia a mi lado quién hizo su magia de hacker para que el multimillonario Colin Oreau existiese sin tener sospechas algunas que era identidad falsa.

—No te burles de mí.

—¿Por qué lo haría?

—No sé. ¿Por invertir en el proyecto de la mujer que amo siendo consciente que no recuerda mi existencia y que en estos momentos tiene a alguien más? Tal vez por eso.

Jesse ríe a mi lado y niega con la cabeza antes de colocar su mano sobre la mía.

—Me parece uno de los actos más puros de amor el que tomes como prioridad lo que es importante para alguien que amas. No cualquiera hace eso y deberías sentirte orgulloso que eres de las pocas personas que aman verdaderamente.