43 | Reencuentro al estilo Ortega

3.9K 423 231
                                    


Cuarta actualización. A veces soy una cosa, pero bárbara.

 A veces soy una cosa, pero bárbara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Barcelona, España

26 de diciembre del 2022


Cristian

«Chocolate»

Ese es el aroma que percibe mi nariz al ser consciente de mi constante respiración. Mis pupilas se mueven de izquierda a derecha y el sonido de los platos golpeando me obligan a fruncir el ceño al sentir mi cuello en una posición para nada cómoda.

«Otra vez chocolate»

Percibo el olor demasiado cerca. No sólo es la perturbación de mi sueño lo que me obliga poco a poco a despertarme, sino también, las cosquillas que me generan el movimiento de cabello sobre mi nariz.

«Chocolate y coco»

Mis ojos se abren al fin y lo único que capta mi vista borrosa es el color castaño de una cabellera frente a mí. Ante la sorpresa, cierro mis manos en puños y lo que termino tocando es la tela sedosa de un vestido.

Recién ahí, caigo en cuenta que mi brazo está enrollando en la cintura de alguien.

Pero no de cualquier persona.

El cuerpo le pertenece a Anheli Masaveu, quién duerme plácidamente con su espalda contra mi torso.

Intento no sorprenderme demasiado ante la situación en la que me veo envuelto, pero es casi imposible no hacer el ademán de alejarme un poco al creer que sigo durmiendo y todo esto se trata de un sueño. Capto el movimiento de la castaña tratando de acercarse más a mi cuerpo, seguro por la calidez y quedo paralizado al no saber muy bien qué hacer.

Trago saliva, incómodo.

—¿Anheli? —pregunto en voz baja para notar si sigue dormida.

Efectivamente lo está debido a su falta de respuesta.

Escucho su respiración lenta y pausada. No existe tensión en su cuerpo alguno, mucho menos cuando en estos días la tensión es lo único que se percibe entre ella y yo. Está relajada, calmada. No sé que tan cansada ha de estar de todo, pero desde mi posición, al ver el lateral de su rostro, creo que puedo deducir que no ha estado durmiendo muy bien.

«A decir verdad, yo tampoco»

Mi cuerpo se tensa y hago el menor movimiento posible cuando diviso que Anheli gira sobre el sofá para quedar con su rostro muy cerca al mío. Mis labios se entreabren ante los nervios de seguir en esta posición con la castaña y no es como que no pueda levantarme e irme, es que simplemente no quiero hacerlo.

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora