16 | Una historia sin final II

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Pasaré asistencia, digan presente o no leen (lo vi en una historia y veremos si funciona)


Una historia sin final - Parte II 


Montreal, Canadá

15 de noviembre del 2022

Cristian

Desde el minuto uno que Jesse confió en mí para fingir su muerte, supe que le causaría un dolor inhumano a una de las personas que más amaba en este mundo, a Esteban. El constante debate que tuve en mi cabeza por semanas para tomar una decisión fue terriblemente perturbante porque sólo tenía dos opciones.

O ayudaba a Jesse a fingir su muerte, lastimando a Esteban pero manteniéndolo con vida junto a mi sobrino que yacía en el vientre de la rubia. O los veía morir a los tres juntos en manos del hombre que causó varios traumas a la novia de mi primo.

Creo firmemente que cualquier persona hubiese preferido la primera opción y el que me dijera que no, estaría mintiendo.

Tener a Esteban ahora, inconsciente, con el rostro más delgado desde la última vez que lo vi, detallar como las bolsas negras se pronuncian bajo sus ojos, me hace pensar que tomara cualquiera de las dos opciones, el dolor o la muerte, acabarían con la esencia de lo que alguna vez fue Esteban Ortega.

Intento ignorar el llanto de Jesse a mi lado y colocar la cabeza de mi primo sobre el sofá, dentro de la casa de Anheli. Aprieto mis labios con fuerza y siento como mantengo el cuerpo tenso en el instante que capto el tacto de la castaña sobre mi hombro. Giro para verla y mantiene un gesto sereno pero tranquilizador que, aunque parezca raro para ella, logra calmar el desastre que hay en mi cabeza.

Anheli no ha hecho preguntas, en realidad, no ha dicho una sola palabra desde el momento que le rogué entrar a Esteban para despertarlo. Se ha mantenido alejada de la situación pero aún así mantiene su confianza en mí. Tal vez seamos unos extraños para ella pero el que sea consciente que hemos formado parte de sus recuerdos bloqueados ayuda a que nos tenga un poco de consideración.

Los mellizos miran con extrañeza el cuerpo de mi primo y es que para ellos, Esteban sí es un total extraño ya que, sacando cálculos con Jesse, Anheli despertó del coma estando embarazada y se fue sin que yo supiera algo de su estado. Así que sí, los mellizos tendrán por primera vez un contacto con los Ortega, su familia paterna.

—¿El señor se murió? —pregunta Aria, quedándose justo a mi lado para obtener una mejor vista de mi primo.

Jesse voltea su rostro para ver a la pequeña castaña y niega con la cabeza.

—No, pequeña. Sólo se ha desmayado.

—¿Qué es "desmayado"?

—Es cuando alguien pierde la consciencia —respondo esta vez.

—¿Qué es consciencia?

—Aria, cariño, mejor vamos con tu hermano y Valentina a tu cuarto de juegos y dejemos que Cristian se encargue del señor, ¿está bien? —habla Anheli y le agradezco con la mirada— Ya vuelvo —avisa y asiento con la cabeza.

La observo irse con los tres pequeños y por suerte la pequeña rubia no hace preguntas cuando se la llevan, aún sabiendo que está en un lugar desconocido pero la confianza con la que habla con Anheli me da a entender que se siente cómoda con ellos y por eso dejo que se desenvuelva.

Jeremy vuelve a pedir ir al baño y Jesse se disculpa de la situación, llevándoselo a la habitación que le había indicado Anheli minutos antes. Me quedo sentado en el sofá junto a mi primo y bajo la cabeza, botando por último un fuerte suspiro que me da a entender que, cuando Esteban se despierte, habrá una gran pelea.

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora