Extra | Mi propio rechazo

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Pasaré asistencia, digan presente para saber quiénes no son perras débiles:

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 Mi propio rechazo 


BARCELONA, ESPAÑA

23 DE NOVIEMBRE DEL 2022 | MADRUGADA

ESTEBAN

Está claro que, en la vida, no siempre podrás controlar lo que pueda llegar a suceder a tu alrededor. Muchas veces las situaciones terminan siendo totalmente lo contrario a lo que realmente deseaste.

El destino es impredecible.

Cuando era pequeño, siempre tuve en mente enamorarme cuando la vida así lo quisiese, sea de un hombre o una mujer porque consideraba mi sexualidad sin etiquetas.

Sin embargo, se dio con enamorarme de una mujer que creí el amor de mi vida.

Todo este tiempo creí que Jesse había sido una persona demasiado para este mundo. Su alegría y su bondad no estaban a la altura de lo que la vida podría devolverle. Es por esa razón que siempre sentí la necesidad de darle lo que alguna vez le quitaron.

Un amor sincero.

Desde que me fijé en ella, sabía que se convertiría en una de las personas más especiales que alguna vez conocería en mi vida. Me enamoré de ella y fruto de ese amor, una pequeña personita comenzó a formarse dentro de ella y la felicidad no cabía en mí desde el día que me enteré.

Pero como dije, todo en esta vida es impredecible.

Un día de amor y promesas futuras llegó a convertirse en una desgracia de la cual a mi familia tomó mucho tiempo recuperarse. El dolor indescriptible en mi pecho cuando fui testigo de la explosión donde se encontraba Jesse fue uno de los escenarios más traumáticos que alguna vez pude presenciar en mi vida.

El vacío, la desesperación y la tristeza sólo abarcaban mi cabeza como si nada más existiese. Después de ese día la depresión con la que contaba se había vuelto inimaginable, mis razones de ser feliz se habían ido por completo de mi vida y las ganas de existir desaparecieron.

¿El único consuelo? Aquella droga que me causaba la alucinación de poder ver al amor de mi vida frente a mis ojos, aunque sabía que no era verdad.

El LSD fue mi mejor amigo por varios años para no dejar ir el recuerdo de Jesse y mi hijo en mi memoria. Luego de ello, comencé con la cocaína al sentir que esa mísera pastilla no era suficiente para borrar el dolor en mi pecho, aunque sea por unos minutos.

Vivía mi vida de la única manera que podía creer que no se había por completo a la mierda.

Pero vuelvo a repetir. El destino es impredecible, porque aquella persona a la que alguna vez creí muerta, a la que creí que había perdido por completo, no llegó a estarlo jamás.

El rostro de Jesse frente a mí sólo me da a entender que no ha podido estar lejos de Jeremy, nuestro hijo, tal y como lo pensé. Nuestros ojos se encuentran y noto que lo que ellos reflejan no son para nada similares a los míos.

Decepción. Dolor. Traición. Desprecio. Esas cuatro palabras es lo único que me provoca la mujer frente a mí, o por lo menos los que más sobresalen porque el amor aún existe, pero está casi a punto de extinguirse.

—Tú... tú... —la voz de mi sobrino me distrae de las sensaciones que me provocan la presencia de Jesse y bajo la mirada para verlo plantado frente al cuerpo de mi primo, quién mantiene las lágrimas cayendo por su cara— Estás aquí...

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora