08 | Una muerta viviente

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Una muerta viviente


Paris, Francia

29 de Octubre del 2022

Cristian

Tiro la lámpara que estaba cerca de mí, estrellándola contra la pared convirtiéndola en pedazos en solo segundos. Mi rabia va contra la mesa de madera la cual pateo arrojándola también contra la pared. Mis quejas de dolor pero a la vez de ira se hacen presentes en el ambiente y suelto un grito tan desgarrador que me hace raspar la garganta. Destruyo todo lo está a mi alcance, no me detengo a razonar o pensar que esto puede causarme más daño en las manos porque ahora mismo no me interesa nada.

Sólo quiero desahogarme.

Sin poder retener más el llanto, las lágrimas recorren mis mejillas mientras que poco a poco pierdo la fuerza de mi ataque de rabia hasta terminar apoyándome contra la pared de mi habitación y me deslizo contra ésta hasta el piso donde termino llorando como un crío.

La golpearon.

Eso es lo que me habían dicho.

Hasta hace unas horas me preocupaba porque los demás escoltas no descubrieran que me había mudado de sitio. Había roto el chip de rastreo y lo arrojé en una de las lagunas lejos del lugar donde me estaba quedando. Pero hace media hora, aquel teléfono sonó y fue una sorpresa escuchar la voz de Alessa al otro lado de la línea. No bastó con que me insultara de todas las maneras posibles por arruinar la captura, sino también me obligó a escuchar la manera en que golpeaban a Valentina.

«Cuelgas y la mato»

Esas fueron sus palabras así que tuve que castigarme oyendo los gritos de dolor y su llanto a través del audio mientras que los golpes de palos se iban contra lo que creía que era su cuerpo. Esa tortura duró dos minutos, tan sólo 120 segundos que para mí fueron como 2 siglos de dolor directo a mi corazón.

«Vuelve a desobedecer y esto será nada a lo que haré a la siguiente»

Luego de ello, terminé con un ataque de ira que no pude controlar. El dolor en el pecho y la rabia en mi cabeza me ordenaron destruir todo imaginando el rostro de las personas que se atrevieron a lastimar mi rayito de luz. No quiero ni imaginar cómo estará Valentina, no quiero ni imaginar el dolor que está sintiendo ahora y tampoco quiero pensar si me está culpando o no de esto.

Necesito sacarla de ahí.

Eso es lo único en lo que pienso.

—¡Joder! —grito golpeando el suelo con mi puño repetidas veces y como noches anteriores me termino quedando dormido luego de llorar demasiado.

30 de Octubre del 2021

El dolor que siento en el cuerpo es indescriptible y es que haber dormido apoyado a una pared no fue la mejor idea que tuve. Ladeo mi cabeza a ambos lados escuchando el tronado de mis articulaciones hasta sentir que me relajo.

Me pongo de pie rápidamente, ignorando todo el desastre que ocasioné observando los pedazos de vidrio y los trozos de manera esparcidos en el suelo, voy hacia el teléfono que se encuentra sobre la cama y me doy cuenta que son las 11 de la mañana.

Ayer no tuve mucho tiempo para pensar en un mejor plan pero hoy que estaba un poco más lúcido sin necesidad de que la ira me guíe, me doy cuenta que no hay una buena estrategia para lo que quiera hacer teniéndola a ella lejos así que, ya en un acto desesperado, marco el número de aquella persona y llevo el celular a mi oreja.

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora