Trilogía Reglas | Libro ll
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Cuatro años han pasado desde que se vieron por última vez, desde que se profesaron un amor eterno entre ellos hasta que el olvido de ese sentimiento los obligó a alejarse para siempr...
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Barcelona, España
05 de enero del 2023
Anheli
«Calor, mucho calor»
Un gemido fuerte deja mi garganta sin ningún tipo de vergüenza.
Estiro mis brazos al ras de las sábanas sintiendo el frío de la tela contra el calor de mi cuerpo. Entreabro mis labios al querer sostener el poco oxígeno que inhalo al tener la mano de Cristian alrededor de mi cuello privándome del pase del aire a mis pulmones. Sostengo mis rodillas dobladas para que la boca del pelinegro tenga mayor acceso a mi cuerpo y debo morder el dorso de mi mano cuando un pequeño grito inconsciente sale de mí al llegar al orgasmo.
No quiero abrir los ojos imaginando que estoy en un tipo de sueño húmedo, pero a la vez que tanto he ansiado por días. Las caricias de Cristian sobre la desnudez de mi abdomen y de mis pechos me obligan a morder mi labio inferior para evitar soltar un suspiro. Los besos suaves que le de dedica a mis piernas hasta morder mi cadera me hace sonreír.
Lentamente soy capaz de abrir mis ojos para divisar cómo limpia su barbilla de mis jugos para luego abrir mis piernas y echarse entre éstas para dejar su polla cubierta por el bóxer contra mi sexo. La fricción me gusta y sólo genera que me excite aún más.
Sus brazos van a cada lado de mi cabeza y baja su rostro para quedar con sus labios sobre los míos dejándome probar mi sabor. Nuestras lenguas juegan e intentan dominarse mientras que el movimiento de sus caderas no se detiene en ningún momento. Esta vez mis manos viajan a la tela de su bóxer y dejo que sus caderas se aprisionen más contra mi sexo. Me atrevo a pellizcarlo, consiguiendo un sobresalto de su parte.
—¿Me acabas de pellizcar el culo?
—Sí. ¿Algún problema?
Sonríe mostrando todos sus dientes.
—No sé bien si me molesta o me excita tu descaro.
—Con tal que te den ganas de follarme, soy feliz.
—Follamos ayer, antes de ayer, y al día anterior a ese.
Rodeo su cuello.
—Hemos estado semanas separados, sólo intento recuperar el tiempo.
