38 | No hay un "nosotros"

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Este es el 4to capítulo. Aplausos, por favor.

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Barcelona, España

22 de diciembre del 2022


Cristian

Mis ojos se mantienen en la pantalla del celular dónde puedo observar los diferentes rostros de mis hijos que se pelean por tener el control del aparato. 

Las peleas infantiles entre Aiden y Aria logran que Lucas ruede los ojos, aburrido. Valentina ríe y sólo se concentra en la forma que tienen sus hermanos de discutir, sin aprovechar que estoy aquí y no los he visto desde ayer.

Ella es la que más se divierte.

Una ligera sonrisa de mi parte es lo que acompaña todo el caos que se desenvuelve al otro lado de la llamada y soy consciente que no interrumpo su habladuría por la simple razón que me recuerdan a cómo era con mis primos en la infancia.

En un momento, Lucas se aburre de estar en medio de la discusión, y noto como quita el celular de las manos de Aria para comenzar a ver sólo su rostro mientras camina, lejos de los problemáticos mellizos.

—Que divertido es ser el mayor, ¿no? —pregunto, burlón.

Mi primogénito vuelve a rodar los ojos, esta vez acompañado con un gesto de negación.

Puedo ver que ha caminado a su habitación porque logro divisar los poster de superhéroes en la pared, detrás de él. Con atención, escucho que a lo lejos se encuentran los pequeños golpes a la puertas y suaves quejidos por parte de sus hermanos, y río al darme cuenta que se ha encerrado para que no lo molesten.

—¿Ya vas a pelear? —cuestiona.

Bajo un poco la mirada para ver mi torso desnudo y aperlado por culpa del sudor que me envuelve tras varias horas de entrenamiento en el viejo gimnasio de mi padre. Hace tiempo no venía a este lugar, más o menos desde el día que gané aquel campeonato de hace cuatro años.

Por todo lo que había sucedido en menos de 48 horas, mi mente se sentía colapsada y la verdad es que no podía lidiar con un dolor tan grande como sentía ahora mismo dentro de mi pecho. Ver a mis hijos riendo y jugando a mi alrededor incrementaba el desconsuelo de saber que desde el principio, nunca estuvo planeado una vida plena conmigo y con ellos.

Había desaparecido desde la noche y llegado al gimnasio para encerrarme antes de la pelea. Claro está que me despedí de mis hijos y me gritaron que estaban emocionados por verme pelear. Era la primera vez que Aiden y Aria me verían por televisión, y aunque pedí exclusivamente que no los dejaran encender el aparato, estaba seguro que los mellizos se saldrían con la suya tarde o temprano.

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora