11 | Baile de fantasía

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Baile de fantasía 

Paris, Francia

05 de Noviembre del 2022

Anheli

En algún punto de mi vida creo que siempre supe que me reencontraría con aquellos recuerdos olvidados de mi mente, que en algun momento tendría que ponerme fuerte para poder enfrentar los sentimientos que venían acompañados de esos sucesos tales como la nostalgia, la sorpresa, la felicidad, la tristeza, el dolor, la ira.

Pero el día que vi a Sebastián Cortez frente a mí, parado en la entrada de mi casa con una sonrisa radiante en sus labios fue una emoción que no pude describir, fue un sentimiento que se sentía bien pero a la vez incorrecta como si mi mente quisiera hacerme entender que él también perteneció a esos recuerdos bloqueados pero de los cuales aún no estoy lista para saber.

¿Entonces cuándo?

Con la mirada fija en el techo me quedo observando aquella pared blanca como si en ese lugar estuviesen todas las respuestas a mis dudas. Con fuerza, con una mano sobre mi pecho, aprieto con esmero la joya que me entregó el castaño hace tres días y que por alguna razón no he podido mantenerla alejada de mí sabiendo que tenía un valor demasiado importante para mí. O por lo menos eso dijo Sebastián.

—¿Qué es eso? —pregunto una vez coloca el anillo de plata en la palma de mi mano y no puedo evitar abrir la boca por la sorpresa al notar que es del mismo material al anillo que tenía yo con mi nombre tallado— Yo tengo uno igual —murmuro bajo y la risa del castaño frente a mí no se hace esperar haciéndome fruncir el ceño.

—Este anillo tiene mucho más significado de lo que tú crees, Anheli —responde a mi lado pero yo no puedo dejar de ver la joya frente a mis ojos— Tú conoces bien a su dueño o bueno, por lo menos lo hacías.

—¿En serio?¿Cómo sabes eso? —pregunto con casi desesperación.

—Me cambiaste por él —bromea, o eso espero.

—¿Qué?

—Son chistes míos —mueve su mano mostrando indiferencia mientras gira su cuerpo por el interior de la casa intentando no perder ningún detalle del lugar.

—¿Me puedes decir algo más sobre él? ¿Cómo lo conoces? ¿De dónde? ¿A mí también me conoces de hace tres años? ¿Él sigue vivo?

—Wow, para, muñeca. Respira —ríe— Primero debes saber que hay ciertas preguntas que no puedo responder. Hice una promesa hace años y siempre cumplo mi palabra. —aclara— Respondiendo lo que sí puedo, sí, lo conozco y sí, te conozco desde hace mucho.

—¿Él-

—Él... —me interrumpe— se está demorando mucho en hacer acto de presencia, ¿no crees?

—¿De qué-

— ¿Vives aquí sola? —pregunta rápidamente, cambiando de tema y guardo el anillo en el bolsillo de mi pantalón teniendo pendiente buscar más sobre él.

De su dueño.

—No. No vivo sola.

—Uh —gira su rostro para verme— ¿Algún novio? —mueve sus cejas arriba y abajo.

—Pues... en realidad...

—¡Mamá! ¡¿Has visto el peluche de balón de fútbol americano?! —una pequeña voz infantil se escucha desde el segundo piso y el rostro desencajado del hombre frente a mí no tiene precio alguno.

Olvidando sus reglas #2 © | ✔ (Versión 2022)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora