Part I
Aquella descarga había sido demasiado brutal, el temblor por parte de Maïa seguía, pero gracias a los fuertes brazos de Bastian, que aún la sostenían impedían que su cuerpo desfalleciera en el suelo.
Sin embargo sus piernas empezaban a cobrar fuerzas, al tiempo que ya tenían sostenimiento propio y aquello Bastian lo sabía, por lo que la tomó del cabello, provocando otro gemido, la sensibilidad la había invadido, al tiempo que sentía el escozor en su trasero, generado por un nuevo impacto de la mano de su esposo.
-¡Ahgs... joodeeer! -gimió ahogada por todos los sentimientos y sensaciones agrupadas en un solo punto.
-Tú a mi no me indicas como actuar griega -susurró agitado sobre su oído, en el momento en que la tomó del cabello bruscamente, hasta levantarla y pegarla a su dorso desnudo.
Al tiempo que su mano libre se posaba en uno de los senos desnudos, que envolvió con violencia, terminando en su pezon que halo, causando un dolor embriagante y excitante a partes iguales en su griega.
》Podrás ser la reina del mundo en que te rodea -la jaloneo un poco hasta dejar su rostro a un lado, en lo que se permitió Bastian mordisquear su labio inferior, atrayendo no solamente un gemido por parte de la griega, si no que también sangre, que se mezclo con su saliva saboreandola.
》Pero por sobre mi, no tienes autoridad, nena -bisbiseo sobre su lóbulo, estampando su mano en su respingon trasero, a lo que nuevamente gimió.
Pero también se separó bruscamente, valiéndose de que Bastian tenía la guardia baja, trastabillando varios pasos lejos de su desnudo cuerpo, el cuál volvió a observar luego de quedar frente a él y lo que más le gustaba, es que el atisbo de timidez, que en un principió tenía su esposa, ya no existía, había sido reemplazado por la pasión de aquella fiera, que despertaba los más arcaicos instintos de posesión en su bestia.
Llevando Maïa ambas manos a su cabeza, para despejarla de toda hebra intrépida, que quisiese estorbar en su sudoroso rostro, acercándose nuevamente a Bastian con hambre, hasta acortar la distancia que les separaba a ambos, pasando la punta de su húmeda lengua, a su mentón, llegando hasta sus hambrientos labios que entré abrió.
Lo que provocó en Bastian que quisiese tocarla, llevando sus manos a su cintura; sin embargo como si aquello la quemase, Maïa inmediatamente se alejó, mirándole fijamente con una sonrisa y mirada seductora, que estaba poniéndole nuevamente duro.
Y ella lo notó, al bajar su mirada al erecto pene de Bastian, que apuntaba en dirección a su domadora, que pasaba su lengua por sus labios, sin dejar de observarle, acto que no perdió de vista Bastian y que lo puso aún más rígido.
Así que tomando el control de todo, inclusive de la bestia hambrienta, que estaba a su merced, sus manos sobre el dorso desnudo de Bastian, lo empujaron, llevándolo en retroceso hasta un puff rectangular de cuero color negro.
Siendo Maïa sin detenerse, quién se inclinó un poco en dirección a Bastian, el cuál se quedó observando con hambre sus senos, que deseaba volver a venerar y saborear, hasta quedar saciado, aunque tenía en claro que eso no sería nunca; quitando la griega su pantalón que aún lo tenía puesto, hasta dejarlo completamente desnudo a su merced.
Y así sin más, sentarse sobre esté a horcajadas, sintiendo como el gran miembro del Bratvá palpitaba en su punto más sensible, desesperando a Bastian, que intento nuevamente tocarla, adquiriendo el mismo resultado pasado y al que bufo, mirándola con fastidió a su estupido juego.
ESTÁS LEYENDO
𝖀𝖓𝖆 𝖆𝖇𝖔𝖌𝖆𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖊𝖑 𝔹ℝ𝔸𝕋𝕍Á
RomansaDUOLOGÍA DIOSAS Parte I Ellos son hielo, pero también pasión, son sangre y destrucción. El diablo creía ser invencible, hasta que una diosa griega maldita lo captura En muchas relaciones el amor no es suficiente para sopo...