🔥🔥🔥TENTATIVOS🔥🔥

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¿Se entiende y se acepta con facilidad algo que ya está perdido?

¿Se olvidará a la persona que reconocemos amar realmente?

¿Se puede forjar un futuro sobre bases de dolor?

El problema es que todas esas preguntas están llenas de una respuesta acompañada de un quizás, debido al destino incierto que les recae.

Sin embargo por más teoría que girarse en torno al sufrimiento y a la forma de cómo sobrellevarlo, estos siempre quedarían grandes, las teorías son inexactas e inestables.

Como aquéllas emociones que albergaban el interior lleno de grietas, del corazón de aquéllos amantes que al parecer el amor, no les era suficiente.

-Nene mirame -pronunció en un ruego Evangly que estaba frente a él, en cuclillas.

Y que había visto a su amiga salir del despachó a toda prisa, pidiéndole un poco de espacio, como también que se hiciese cargo temporalmente de sus hijos aún dormidos, pues necesitaba relajarse un poco y con ellos estabilizar sus ya cargadas emociones.

Sintiendo esa necesidad de acudir a Bastian, que sabía estaría destruido, aún más por lo que en los últimos días había percibido, él quería volver a ella y aunque sentía que el susodicho debía sufrir aún más.

No se podía negar que aquello le dolía, lo amaba, era su hermano y verlo como estaba, ahora si derrumbaba todas las paredes de odió que en su honor creó.

-¿Que quieres Evy? -la miró por fin, dándose cuenta de lo rojos y tristes que se veían aquéllos bonitos orbes y eso dolía, era como una especie de debilidad a ése interior que un ves tuvo humanidad.

》¿Me dirás te lo dije, que todo esto me pasa por gilipolla? -le sonrío con amargura, negando con la cabeza en movimientos giratorios, al tiempo que lo acompañaba de gestos cargados y cansados -No es lo que necesitó... -llevo sus manos a su rostro -por que ya lo se -prosiguió sin dejar de lado lo amargo de sus palabras.

Reposando seguidamente, su cabeza sobre la pared gris perla que se encontraba detrás de él, acto que silenciosamente Evangly imitó; en otro momento, claro que se lo diría, pero no en ése, donde veía por primera vez y directamente a Bastian llorando.

Y no sabía si existiese estadisticamente hablando, un pequeño o mayor grupo con esa debilidad impresionante, lo cierto era que para ella ver llorar a un hombre, en especial a uno de un carácter tan fuerte como el de Bastian, te debilitaba, incluso te hacía llorar junto a él.

Por lo que allí estaba, no llorando, pero a casi nada de la acción, asimilando esos hipos que salían del comprimido y abatido pecho de Bastian, que quizás quería gritar, pero seguramente sus fuerzas no daban más que para llorar y con sus manos sostener ése doloroso dorso.

-¿Quieres volver con ella, no es así? -indagó sin mirarlo, pero entrelazando su mano a la de Bastian, que correspondió inmediatamente a su apoyo, apretando también su agarre.

-La amo -susurró para luego suspirar, como si decir aquéllas palabras fueran un peso enorme para él -quisiera recuperarla pero al parecer todo está perdido -exhalo profundamente, para poder calmar esas lágrimas que amenazaban con volver a salir.

Aunque lo cierto era que sus cuencas estaban cargadas de aquél acuoso y salado líquido, que para algunos, como era su caso se convertía en una hiel, que aunque no quisiera debía tragarlo.

-¿Por que dices que todo está perdido, nene -Prosiguió indagando en el mar de aquellas heridas, ya que habían palabras que le recalcaban, además de que se acercó más al contrito cuerpo de Bastian, para así recostar su cabeza, sobre su hombro.

𝖀𝖓𝖆 𝖆𝖇𝖔𝖌𝖆𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖊𝖑 𝔹ℝ𝔸𝕋𝕍ÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora