PRIMEROS PASOS HACÍA LA VENGANZA

5.8K 429 115
                                    

Él seguía allí de pié extrañado por aquella mujer, dejando que su traje negro se empapara por completo, el cual portaba sin corbata, solo con una camisa en el mismo color, que resaltaba su color de piel.

-Estamos listos y aunque tengo un informe básico, cuenta con el suficiente aporte a nuestro favor de los movimientos de ese viejo potroso.

Interrumpió sus pensamientos su amigo y socio, palmandole los hombros, al tiempo que colocaba un paraguas, para evitar que siguiera mojandose, algo que era estupido, pues era muy poco lo que le faltaba para ser más agua que otra cosa, pero almenos él se evitaba quedar como su amigo empapado.

-¿Viste a la mujer que acaba de ingresar? -Preguntó ignorando por completo el comentario que le había hecho, ante el hecho más importante que los llevó a Sicilia, pero viendo el lugar donde este señalaba, que claramente era un café, volvió su mirada él.

-No... y tampoco le veo nada de especial a un par de tetas y culo, quizás bien formado... ya eso es común, necesitamos hablar del informe inmediatamente -insistió con su mirada fija en su amigo, quien seguía distraído mirando en dirección opuesta a él.

Sin embargo lo vio sonreír, de esa manera cuando tramas algo, pero son tus huevos los que están en juego-¿así que un par de tetas y culo no es nada común en tú vida? quiere decir que has visto muchos... ok, veremos que piensa Evangly de eso -agregó mirándolo esta vez a él, sin dejar esa sonrisa de suficiencia, la cual aumentó cuando lo vio, pasar saliva nerviosamente.

-Mi esposa sabe que yo respondo así, por que es la única mujer que me interesa, por esa razón es que me hace serle fiel y andate que me estoy mojando imbecil.

《La niña de azucar》lo escuchó decir, pero no presto ni un mínimo de atención, sino que prosiguió su caminó orgulloso por sus palabras, en especial las que hacían referencia a su esposa.

Acortando la distancia Andreį subió a la parte trasera del Rolls-Royce Sweptail color negro, que esperaba por ambos.

Luego que su amigo con la ropa húmeda, subiera al interior de automóvil, sintió cuando el chofer emprendió su marcha, una que los llevaría directamente al aeropuerto, para tomar su vuelo rumbo a Rusia.

-¿Que me dijiste que habías averiguado sobre Carlo? -aquella pregunta, provocó que sus miradas se reencontraran y con su mano derecha extendió una carpeta negra.

Mientras este ojeaba el informé, su amigo lo colocaba al día -Siendo sincero poco, pero lo necesario como para decirte que su abogado no quiso llevar su caso, sus razones no se, la reunión se hizo a solas, él pidió que nadie estuviera interfiriendo en el interior de la casa, dejando a su perro faldero que se encargará de dicha orden.

》Lo cierto es que lo tienes acorralado, esta sin escapatoria y cualquier paso que tú des, lo destruirá como el hijo de puta que es, pero hay algo que me intriga, alguien está haciéndonos un favor y lo están hundiendo aún más.

-Interesante... quiero saber quién nos está adelantando el favorcito -habló mientras sonreía con suficiencia.

》Esto era exactamente lo que necesitábamos que su distractor ahora sea su asunto legal, eso lo debilitará por el tiempo que necesito, ese hijo de puta no se saldrá con la suya, quiero que pague, pero antes lo quiero ver humillado.

Levanto su mirada a su amigo frente a él -Necesito los detalles del abogado que decida representarlo y quiero que lo saques de la jugada, matalo, estorcionalo, no se como mierda, no me interesa, solo despeja mi caminó.

Sonrió como un demente, satisfecho con lo que su cabeza estaba maquinando, estaba feliz, lo que más le encantaba de todo era tomar venganza por mano propia y lo estaba obteniendo.

𝖀𝖓𝖆 𝖆𝖇𝖔𝖌𝖆𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖊𝖑 𝔹ℝ𝔸𝕋𝕍ÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora