𝕮𝖗𝖎𝖘𝖎𝖘... 𝕱𝖗𝖚𝖘𝖙𝖗𝖆𝖈𝖎𝖔𝖓𝖊𝖘 𝖞 𝖒𝖎𝖊𝖉𝖔𝖘.

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El pánico es un sentimiento que emocionalmente te ciega, te absorbe los sentidos, físicamente te hace hiperventilar, provocando inestabilidad sensorial e incluso arcadas.

Y esos eran los síntomas que destilaba el débil cuerpo de Maïa, que estaba cubierto con una camiseta y un jogger que le había facilitado la italiana en muletas, las cuáles caminaban nerviosas por el solitario pasillo de la clínica que se encontraba en villa Bogdanov.

-Salgamos por la parte trasera -sugirió la italiana, preocupada por cómo veía a la griega que se limitaba a aceptar sus órdenes, pero que físicamente estaba pálida y algo perdida en lo que supuso eran sus pensamientos.

Como pudieron se dirigieron hasta el exterior, aún sin detenerse con rumbo al estacionamiento, donde afortunadamente Evangly por motivos de seguridad, siempre portaba la llave de algunos de sus autos.

-¿Quieres ir a algún lugar en específico? -Indagó mientras tomaba el control del automóvil que ponía en marcha.

-A cualquier lugar, solo sacame de aquí -No hubo respuestas, pero si un asentimiento de cabeza por parte de la femina al volante.

Que al llegar a la salida de la villa, fue detenida por los hombres custodios de ese lugar, los cuáles sabían que la señora Kozlova no podría jamás salir sola.

-Voy a salir por ese portón, si me cuestionas te mataré y si te defiendes te matarán -pronunció con dureza al hombre con intensiones de cuestionar su salida.

-Señoras si las dejo salir, me matarán de todas maneras, yo solo hago mi trabajo -respondió con reticencia, al ver que estaban las esposas de sus jefes, los cuáles sabían su modeló de castigo.

-Si haces que lo repita, será con una bala en tú frente -agregó haciendo que el masculino temblará al verla sacar su glock, la cuál sabía ella había creado y que si aquello era su creación, solo tendría una función 《muerte》 por que también sabían lo distorsionado que era su cerebro al momento de crear artefactos de defensa.

Por lo que dado por vencido, se separó del automóvil, llevando su mirada al frente, al tiempo que hacía una señal con su mano al hombre que estaba en un cubículo y que se encargaba de abrir el eléctrico portón.

Que para ese momento sus puertas se abrieron completamente para las féminas, que desaparecieron de su vista, causando un poco de asombro en el masculino, ya que había sido testigo de como ambas mujeres habían salido de aquel lugar que había sido escenario de las ondas expansivas.

Por otro lado, un Bastian en compañía de Andreį se habían dirigido a uno de los campos de entrenamiento que portaba la villa, siendo el primero quién llevará sobre sus hombros el injerto de bazuca que le había regalado Evangly y en la pretina de su pantalon su inseparable.

Al tiempo que observaban como tres de sus hombres traía con sigo cada uno, a un hombre de los que permanecían en el segundo nivel de su mazmorra, aquellos de los cuáles se habían convertido en su boleto para saldar alguna deuda, con algún país.

Y que por tal razón no habían sido ejecutados, pero la fiera embravecida que portaba el interior del Bratvá pedía a gritos diversión al estilo de la mafia roja.

-Estoy deacuerdo en que desahogues un poco tú ira, pero también consideró que haberla dejado sola, en un problema que hicieron ambos, es un acto cobarde -agregó Andreį, rompiendo aquel sepulcral silencio.

Ganándose con ello una mirada colérica, que con ello también Bastian prefirió omitir comentario alguno, llevando su mirada al frente hacía sus víctimas.

𝖀𝖓𝖆 𝖆𝖇𝖔𝖌𝖆𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖊𝖑 𝔹ℝ𝔸𝕋𝕍ÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora