¡¿LOS?!

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M2/2

Luego de Andreį ver como la griega se había perdido, en lo que supuso decidida en aquella caja de hojalata, se devolvió retomando el caminó rumbo a la oficina de Bastian, a la vez que tomaba entre sus manos su celular y escribía a su esposa la situación actual, sin profundizar, ya que el transcurso a la oficina era corto.

Encontrando una vez que ingreso, a Bastian que tomaba a la fémina del cuello y la cuál claramente estaba asustada, pues al parecer la hiel empezaba a desbordar y aquello era claro con solo ver los ojos cargados de ira del Bratvá.

-Vete -demandó Bastian molestó, retirando sus manos del cuello de la mujer, no pasando por alto Andreį, la forma en cómo los dedos de esté quedaron marcados, pero aquello no era de su importancia.

Por lo que al verla avanzar hasta donde él estaba, pues no había dado pasos más allá de la puerta, enfocó su mirada sádica sobre está, encerrando su caminó hasta ponerla pegada a la pared, sonriendole en una retorcida mueca, al verla como sus ojos se dilataban de miedo.

-Haz entrado al sorteó de la muerte, mi querida Katrinna -susurró y dicho aquello se retiró, encaminandose a pasos elegantes hasta donde Bastian, sentándose a su vez en una de las sillas frente al escritorio, como si nada hubiese pasado con anterioridad.

Siendo Bastian quién lo miraba con intriga, sentado cómodamente esperando que de sus labios saliera aquel veneno disfrazado de sarcasmo que él solía destilar para aquellos casos.

-Italia empieza a fortalecerse y no es bajo nuestro mando, aparte de que el silenció que muestra Suiza para estos últimos años no me gusta, debemos empezar a actuar con algo, siento que nos hemos dormido sobre una gran mina -culminó sorprendiendo al masculino frente a él, que no se esperaba que ignorará lo visto anteriormente.

-Bueno... -agregó vacilante, arrugando su entrecejo, aún sin salir de su asombró -Hay que comunicarnos con los hombres que van a hacer la guerra por ese lugar, necesitamos saber a qué nos enfrentamos.

Andreį lo miró como si no comprendiera o como si no fuese él, quién hubiese dicho aquello tan estupido.

-Ok... volveré a decirlo, pensando en que no haz dicho eso tan estupido, por que siendo sinceró no me haz dado soluciones, solo palabras cargadas de mierda -replicó molestó y sin paciencia.

》¡No; mejor me volaré todo eso! -explicó pensativo, haciendo que Bastian voltearse sus ojos -Necesitamos darle más entretenimiento a Napoli y necesitamos meternos poco a poco en su guarida, Maïa había conseguido un topo que trabajaría para ella, pero con todas tus mierditas, ya te toca arreglartelas tú solito mi Bratvá.

-¿Qué había conseguido Maïa? -preguntó sin omitir aquel amargo sabor que le causaba sus recuerdos, sin embargo no podía negar que aquella griega de ojos azules era un peligro andante.

-Quizas yo no he vocalizado como es correcto, en todo caso no repetiré ninguna mierda Bogdanov -se levantó dirigiéndose con fastidio hasta la puerta de salida, deteniéndose antes de abrir, pero sin girar su tenso cuerpo -solo encontremos una solución u otro plan.

(....)

¿Es normal que después de haberte sentido fuerte, tus emociones cambien a unos débiles? Pero no mezclemos debilidad, con inseguridad.

Es solo que trasladar tus pensamientos, al simple hecho de 《¿en quién me convertí?》pensó Maïa, te hagan sentir débil, el pensar la forma en la que te has fallado a ti misma, eso te hace sentir débil, según el concepto de la griega.

𝖀𝖓𝖆 𝖆𝖇𝖔𝖌𝖆𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖊𝖑 𝔹ℝ𝔸𝕋𝕍ÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora