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MELANI

Corro por varios pasillos a pesar del dolor que me recorre por todo el cuerpo. 

Ámbar va detrás mío. Lleva el rifle preparado para disparar por si nos encontramos con alguien.

Llegamos a unos pasillos que parecen sacados de un psiquiátrico, con paredes completamente blancas. A cada cinco metros hay una puerta de metal blindado sin ventanas ni nada. Necesito salir de aquí.

Corremos por pasillos y pasillos. Estoy a punto de doblar una esquina cuando veo a dos guardias acercándose. Me paro en seco y me giro para mirar a Ámbar.

- Vienen guardias.- Ámbar palidece. Empieza a respirar agitadamente.

- Haz cómo que soy uno de ellos. Tírate al suelo y yo te apunto. Si ves que disparo hazte la muerta.- dice apresuradamente.

Hago lo que me dice. Me tiro en el suelo y me llevo las manos a la cabeza. Veo de reojo cómo aparecen los guardias. Se colocan a una prudente distancia de nosotras. 

Ámbar me apunta con el rifle.

- No, por favor, no me dispares.- digo fingiendo un sollozo y encogiéndome.

- Cállate.- dice Ámbar con una voz sorprendentemente fría.- Me han mandado cambiar a esta mocosa de celda, la han encontrado robando en el mercado. - dice dirigiéndose a los guardias. 

Sé que no es el momento, pero estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano para no partirme de la risa. Ladrona de manzanas en un mercado. Bonita mentira. 

- Muy bien. - dice uno de ellos. - Avisa cuando la hayas trasladado. - dice con un tono amistoso. 

- Entendido. Buenas noches. - contesta Ámbar. 

Oigo pasos alejándose. Me quedo un minuto paralizada completamente. 

Entonces, Ámbar me da un golpecito con el cañón del rifle en el hombro.

Levanto la cabeza y la miro. Me sonríe.

- Maravillosa actuación, podrías ser actriz de óscar algún día.- dice ofreciéndome la mano para ayudarme a levantarme.

- Esos eran mis planes.- digo ya de pie.

- Venga vamos.- dice.

Corremos por más pasillos. Exhaustas, nos paramos en uno que está vacío.

- Tenemos que llegar.- dice Ámbar arrastrando las palabras.

- No puedo más.- digo sentándome en el suelo.

Me duele todo horrores.

- Sí, sí que puedes. Venga, Melani, no te rindas, no ahora. Cuando lleguemos, podremos descansar y dormir todo el día. Mandaremos a todo el mundo a la mierda y sólo estaremos Fawkes, Copito, tú y yo. - hace una pausa. - Pero para eso tenemos que salir de aquí, con vida si es posible.- 

Asiento. Me ayuda a levantarme.

Empezamos a correr a pesar de que estamos agotadas.

Llegamos a unas escaleras que subimos apresuradamente. Acabamos en frente de una puerta. La abrimos entre las dos empujando. 

Sorprendentemente llegamos a un patio. Un patio de recreo con alambradas encima de los muros. Está repleto de guardias vigilando cada salida. Nos escondemos detrás de un banco de piedra.

Oigo a Ámbar respirar con dificultad.

- Es imposible salir de aquí sin que nos vean.- dice bajando la cabeza.

Ámbar y MelaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora