43

16 3 0
                                        

ÁMBAR

Empiezo a andar lentamente. Estoy enfadada, con Tyler y conmigo misma. Con Tyler por, no sé, simplemente estoy cabreada con él, y conmigo por dejar que me afecte tanto. 

Odio estar tan mal por  alguien, me  hace sentirme débil. 

Con estos pensamientos en la cabeza me paro para limpiarme las lágrimas y para secarme la cara con la manga de la sudadera. Respiro hondo y cuando ya creo que no voy a parecer tan deshecha como me siento, comienzo a andar de nuevo. 

Tengo ganas de mandar a la mierda a todo el mundo e irme a criar coliflores a una granja en la otra puñetera punta del mundo. 

- ÁMBAR.- grita Melani. Levanto la cabeza y veo como se acerca corriendo en pijama hasta mí. Me abraza de una manera asfixiante. La aparto de la manera más amable que me es posible en estos momentos. Me mira con pena.- Ámbar...-

- Estoy bien.- digo secamente rodeándola y siguiendo mi camino. Me adelanta y se para en frente mío.

- Ámbar, no tienes... no tienes por qué estar bien...- la corto.

- Estoy bien.- repito. La estoy empezando a poner nerviosa.

- Pues no lo parece.- dice. Me vuelvo a pensar la respuesta.

- Estoy bien teniendo en cuenta la maldita situación.- respondo. Melani ladea la cabeza suspirando.

- Ámbar, soy yo, por Dios, no tienes que fingir conmigo.- hace una pausa.- ¿Por qué dices que estás bien cuando claramente no lo estás. 

- ¿Sabes por qué? Por que estoy hasta las narices de llorar por Tyler, no pienso volver a sentirme mal por una persona nunca más, ¡nunca! Estoy hasta las narices de él y de todos, TODOS.- grito perdiendo los nervios. Melani abre los ojos. Yo decido pasar de largo. 

Ando apretando el paso dejando a la pobre Melani ahí plantada. Llego a una casa. Entro, me pierdo, y encuentro una habitación vacía. Cierro la puerta con el pestillo. Me tiro en la cama e intento dormirme. 


MELANI

La observo marcharse con los brazos cruzados. 

Vale, no me lo esperaba, suponía que iba a estar llorando como una magdalena y queriendo volver con Tyler, no que quisiera mandarlo a la mierda. Me la esperaba triste, no triste y cabreada, pero al fin y al cabo es Ámbar. 

Decido ir detrás de ella, pero dejándole su espacio, necesita estar sola. La puerta de la casa está abierta cuando llego. La cierro con cuidado. Tengo la certeza de que no voy a poder volver a dormirme así que decido ir a la cocina a tomarme algo o a ver el amanecer por la enorme cristalera del salón. 

Abro el frigorífico. No sé utilizar la cafetera y tampoco es que me entusiasme el café. Decido tomarme zumo de naranja. 

Me voy con mi vasito y sin hacer ruido al salón. Me siento en el sofá y respiro hondo. Echo la cabeza hacia atrás. Ha sido una semana de mierda y tenía que terminar así. Suspiro. Vuelvo a mirar al frente. La cristalera da al bosque, y detrás del bosque hay unas montañas. Su contorno se empieza a iluminar por las primeras luces que anuncian el amanecer. Es precioso y por un momento me hacen olvidar todo y tener mi momento de paz y tranquilidad. 

En algún momento mis ojos se cierran y me quedo dormida.


WILL

Se me olvidó cerrar las cortinas anoche. La luz entra a raudales por la ventana. Me incorporo y bostezo desperezándome. Miro a mi lado. Melani no está. 

Ámbar y MelaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora