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ÁMBAR

 Cuando me despierto la habitación está a oscuras, sólo entra un pequeño rayo de sol anaranjado por la ventana que no ilumina nada he de decir. 

Me incorporo lo justo para abrir las cortinas y ver que aún está amaneciendo. Me quedo un rato mirando el paisaje. Me desperezo y me visto para ir a dar una vuelta. Cuando ya estoy lista le dejo una nota a Melani encima de su mesita de noche diciéndole que me voy a dar una vuelta y que volveré para la hora del desayuno. Cojo la llave y salgo por la puerta cerrándola detrás de mí. 

 Llego a la salida y empiezo a andar en dirección a los jardines de la escuela. 

Nunca he estado ahí pero sí que sé donde están. Cuando llego tengo que pasar por una verja dorada enorme que por suerte está abierta. Me doy cuenta de que no hay nadie a estas horas andando por ahí. Sigo caminando por un paseo de grava rodeado de un montón de árboles y flores que no había visto en mi vida. 

Me tomo el paseo con calma porque no hay nadie detrás de mí que me vaya metiendo prisa. Empiezo a pensar en cómo será el día de hoy. Esto ha sido una auténtica locura, lo de venir a Viliendir, pero una locura genial, hay que admitirlo, hemos conocido a un montón de gente maja e interesante. Aunque tampoco sé si me parecerá tan genial cuando empiecen a mandar deberes y tengamos que estudiar.

A los diez o quince minutos de estar andando oigo unos pasos detrás de mí. Me doy la vuelta y veo a Tyler caminando en mi dirección. Parece que acaba de correr una maratón.

- Buenos días. ¿Qué haces aquí a estas horas?- me dice con una sonrisa, me doy cuenta de que tiene una sonrisa perfecta. 

- Buenos días, me apetecía dar un paseo. ¿Y tú?- 

- No pareces la típica persona que madruga para ir a dar un paseo.- dice pasándose la mano por el pelo, siempre lo hace.

- Ya, pero hoy me he despertado temprano.- digo con voz indiferente y encogiéndome de hombros.- No has respondido a mi pregunta.-

- Salgo a correr todas las mañanas.- lo miro con cara de no creérmelo por que la verdad es que es así.- Que sí, ¿por qué no me crees?- me dice dándome un golpe amistoso en el brazo. Me río.

- No pareces la típica persona que sale a correr todas las mañanas.- le digo con una sonrisa burlona. Pone los ojos en blanco. Nos quedamos un rato en silencio.

- ¿Nerviosa por el primer día de clase?- me pregunta mientras me pasa su brazo por mis hombros, esta vez no lo aparto.

- Prueba ir tú a una escuela de nuestro a mundo a ver qué tal.- le digo con una mueca y en tono sarcástico.

- Bueno, bueno, tampoco hace falta ponerse así.- 

- Lo siento, pero tienes que admitir que la pregunta era estúpida.- le digo con cara de reproche. Se ríe y asiente. 

- ¿Ya sabéis el horario?- pregunta.

- No, nos lo dan hoy en una asamblea rara a la que tenemos que ir para que nos expliquen cómo va esto.- le respondo. Tengo la estúpida manía de gesticular muchísimo cuando hablo y le doy al pobre Tyler en la cara con la mano.- Ayyyy, lo siento.- digo mientras vuelvo la cabeza rápidamente al darme cuenta de que le he dado. 

- No pasa nada.- dice entre risas. 

Nos pasamos el resto del camino de vuelta charlando de la vida básicamente. Me repite cómo cien veces que la asamblea va a ser un auténtico aburrimiento lo cual no ayuda mucho la verdad. 

Cuando llegamos a la residencia ya es de día completamente. Cada vez estoy más nerviosa, es preocupante porque si yo estoy nerviosa Melani estará hiperventilando o algo parecido. Me despido de Tyler en la puerta de la residencia, hemos quedado para comer después de clases en el comedor.

Ámbar y MelaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora