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MELANI
           
Un sábado cualquiera, se oyen mis pies a toda prisa corriendo por las escaleras que separan mi casa de la de Ámbar. Me paro enfrente de la puerta de su casa, esperando a que alguien abra. 

Se escuchan pisadas y un: ¡YA VOYY!, y entonces la puerta se abre, y ahí está Ámbar, con su melena morena despeinada y con el pijama puesto, aunque son las 5 de la tarde. 

Así es ella, una persona alocada a su manera. Siempre dispuesta a hacer cualquier locura con tal de que la gente a su alrededor esté feliz. Siempre con una gran sonrisa puesta, incluso en los días más oscuros y con un risa que contagia a todo aquel que esté alrededor. 

Es que hay algo distinto en Ámbar que me hace quererla tanto, y es que no es una adolescente normal. Cada vez que subo a su casa, me la encuentro en su desordenada habitación leyendo. 

La verdad es que siempre me pregunto si de verdad existen tantos libros en el planeta, porque en un mes, perfectamente se ha podido terminar una saga entera y se está ya acabando otra. Y fíjate que a mi me encanta leer, pero lo de esta chica no es normal, me crea hasta complejo.

Entro a su habitación corriendo, y me pongo a contarle mi vida. Sé que la mayoría de veces me ignora y hace como si me escuchase, pero necesito desahogarme con alguien. 

Después de estar media hora contándole mis dramas, decide restregarme que mañana tiene clase online, y que se va a despertar a las 9, porque si algo le gusta, es NO MADRUGAR. 

Encuentro un tik tok súper chulo que podríamos hacer, pero como no, Ámbar está espachurrada en su cama leyendo el último libro de una saga que le encanta.

-Ámbaaaar, levanta, haz el favor de hacer algo con tu vida a parte de leer.- le digo estirándole del brazo.

-¡Déjame! Que van a acabar con los francotiradores y se pone interesante la cosa.- me responde sin levantar la mirada del libro.

Le tiro el cojín gigante de Tom Holland que tiene en su cama a la cara. Ella chilla y me tira una almohada.

- Vale, vale ya dejo el libro, pero la próxima ten más cuidado que has doblado la página.- replica cerrando el libro. - Bueno, ¿que quieres hacer a parte del tik tok que sabes que no voy a hacer?- suspiro. 

- Pues he pensado en ver Riverdale o algo así. ¿Tienes galletas? Es que en mi casa se han acabado.- digo mientras miro el móvil.

- Sí, tengo galletas de chocolate - inquiere con un bostezo.

Ámbar ya se ha visto la serie y se pasa la vida: "ay este que bien me caía" o "este, ufff no este no" y a veces hace un mini spoiler, no se calla. 

Cuando terminamos unos dos o tres episodios, recogemos y me bajo a mi casa. Bajo al buzón a ver si han traído correo o algo. 

Cuando lo abro, me encuentro una carta escrita en una lengua extraña y con un símbolo de siete rosas en un círculo. Ya tengo 15 años y estas estúpidas bromas pesadas ya no me importan tanto como antes. Pero por si acaso, me guardo la carta. 

Mañana se lo diré a Ámbar, porque seguramente habrá sido ella.


ÁMBAR

Cuando le abro la puerta a Melani, entra como un vendaval en mi casa y va directa a mi habitación. 

Lleva una sudadera de Harvard y un chándal negro. Melani es morena con ojos marrones y tiene el pelo liso y largo. Empieza a contarme sus dramas.

- Mira, le escribí el otro día y me envió un CORAZÓN, ¿sabes lo que es un CORAZÓN?, y es tan majo, tía me muero. - dice mientras se tira boca abajo en mi cama.

- Díselo, dile que te gusta. Seguro que también le gustas. - respondo mientras recojo la mesa un poco y me hago un mini coleta. Melani suspira y levanta la cabeza.

- Habló, la que no ha hablado en su vida con el que tanto le gusta. ¡Llevas cinco años en la misma clase!, deberías decirle que te de su número.- me mira con cara suplicante. 

- Yaaaaa, lo sé, pero es que me da mucha vergüenza, lo sabes, y además, creo que él no sabe de mi existencia.- doy por terminada la conversación.

Melani se encoge de hombros y se levanta, coge mi guitarra para tocar una de mis partituras. Yo mientras, me tumbo y empiezo a leer el último libro de la saga de la Reina Roja, que me encanta.

Después de diez minutos, empieza a hablarme de no sé que tik tok, y de que me levante y de que no sea una lectora compulsiva. Yo le digo que no voy a hacer ningún tik tok, como siempre. 

Va a la cocina a chorizarme las galletas, yo voy al salón a encender la tele para ver Riverdale. Al terminar unos cuantos episodios, recogemos un poco todo.

Después de decirle adiós a Melani, me pongo los cascos y me pongo a escuchar canciones de Dua Lipa y a pensar. 

Melani es una de esas personas con las que te pasarías siglos con ella, estar a su lado es como una droga, en el buen sentido, porque te ríes muchísimo y además es una de esas personas con las que puedes hablar de todo. 

Es súper romántica y su amor platónico es Maxon, el príncipe de La Selección, a mi sinceramente no me gusta, es que a ver, ¿quién llama a una chica a la que acaba de conocer "querida"?, pues nadie la verdad, pero Melani está obsesionada. 

También le encanta, y cuando digo encanta, es que adora escuchar música, sobre todo música triste, como la de Olivia Rodrigo o Lewis Capaldi. 

Me acabo de dar cuenta de que sigo llevando el pijama, suspiro, cojo el libro y me tiro en mi cama para empezar a leer. 

A los veinte minutos, veo que me llama un número de teléfono privado. 

Cojo el teléfono y lo único que se oye es un golpe brutal y una especie de disparo. 

Cuelgo rápidamente sobresaltada. 

Ámbar y MelaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora