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ÁMBAR

Melani no ha vuelto. Está anocheciendo. Copito no me ha dejado ir detrás de ella por mucho que lo he intentado, es un agresivo. Teresa está sentada en el suelo con la piernas cruzadas y jugando con la hierba.

- ¿Dónde se ha metido?- murmuro.

- Ámbar.- empieza a decir Teresa.- Creo que deberíamos hacernos a la idea de que no va a volver.-

- Cállate.- le espeto. Se levanta del suelo y se acerca a mí. Es más alta que yo.

- Ámbar, en serio, deberíamos de ir a buscar ayuda.- dice. En parte tiene razón, pero el odio que le tengo no me deja pensar.

- ¿Y A QUIÉN VAMOS A PEDIR AYUDA SI TYLER EN ESTE DISTRITO ES UN MALDITO DELINCUENTE?- estoy perdiendo los papeles. Teresa me mira con paciencia, no es para nada la Teresa que conozco.

- A sus padres.- dice.

Será una imbécil, pero tiene ideas que no se me ocurren por muy simples que sean.

- No sé quiénes son.- murmuro. En ese momento me doy cuenta de que no se nada de Tyler, absolutamente nada.

- Podemos ir al registro de la ciudad.- dice hablando tranquilamente.- Pero primero necesitamos dormir y descansar.-

- No me digas lo que tengo que hacer.-

- Ámbar, sé que la he cagado contigo, y entiendo que estés enfadada, pero necesitamos dormir para poder pensar con claridad.- dice.

- Vale.- suelto al fin. Asiente.- ¿Y dónde vamos a dormir?- pregunto.

- Tenemos que adentrarnos más en el bosque para estar a salvo de los guardias. Sino, nos encontrarán en cuestión de minutos. - dice haciéndome una señal para que sigamos andando. Yo la sigo. - En cuanto estemos a una distancia segura de este lugar, a mi me vale cualquier sitio para descansar. Tampoco espero encontrar una suite en medio del bosque. - la miro extrañada. Hace menos de 3 horas estaba quejándose porque su vestido se había manchado, y ahora me está diciendo que no pretende encontrar una suite. En fin. No la entiendo.

- Eres bipolar Teresa, ¿te lo han dicho alguna vez? - le pregunto con la mirada agachada y un tono no muy amigable.

- Pues la verdad es que me han dicho muchas cosas, pero bipolar no. Fíjate. - dice dirigiendo su mirada hacia mi. No quedamos en silencio todo el camino, hasta que después de haber andado una hora, Teresa se para y se sienta en el suelo.

- Me vale. - dice apoyando la cabeza en un árbol que hay justo detrás suyo.

- En cuánto descansemos, vamos a buscarlos. - digo apoyándome en el árbol de al lado, que está a unos 2 metros de distancia. Ella asiente y cierra los ojos. Me quedo pensado en Melani. En lo que le habrá pasado, en dónde estará. Me invade una sensación de angustia al imaginarme en cómo tendrá que estar pasándolo. Pienso en salir corriendo de una y huir de Teresa, dejándola sola, pero tengo mucho sueño, si acaso mañana. Apoyo mi cabeza en el tronco cerrando los ojos.

Oigo un grito ahogado, y me despierto rápidamente, pero antes de poder abrir los ojos, un saco me cubre la cabeza, dejándolo todo negro. Me agobio y empiezo a gritar, pero al instante noto como si me quedase sin fuerzas. Mi cabeza comienza a dar vueltas, y caigo en un sueño profundo.

Recupero la consciencia. Abro los ojos despacio. No veo nada. Intento moverme pero estoy atada de pies y manos a una silla. Intento gritar también pero tengo la boca tapada con lo que creo que es un paño o algo. Me revuelvo en el sitio. Se oyen unos pasos y una puerta abrirse.

- Dile al jefe que se ha despertado una de ellas.- oigo que dice una voz femenina. Me tenso. Intento soltarme pero me es completamente imposible. Intento quemar la cuerda, pero tampoco puedo.

Ámbar y MelaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora