Luces y sombras ✓

Capítulo 27

Abigail

—¿Edward qué hac...? —no me dejó terminar la frase ya que me tapó la boca con su mano.

Me arrinconó contra la pared y colocó uno de sus dedos en sus labios en señal de silencio. No entiendo su forma de actuar ni porque hizo esto, solo sé que su cuerpo está tenso y no está presente esa ya común sonrisa burlona, más bien posee una expresión neutra, pero a la vez nerviosa. Como si intentara camuflar su miedo.

Intento quitar su mano de mi boca y decirle un par de cosas, pero no me deja. Sin entender porque actúa así pisoteo su pie logrando que me suelte, pero mi voz no sale ya que es interrumpida por varias voces masculinas fuera de la puerta.

—¿Lo encontraste? —dice una voz afuera y al parecer el otro le responde con un gesto ya que no capto su voz—, busquen bien el jefe lo mando a llamar y saben como se enoja si no cumplimos con lo que manda.

—Ya buscamos en todas partes —dice otra voz.

—¿Estás seguro que lo viste entrar aquí? —pregunta alguien más.

¿Cuántos son?

—Estoy cien por ciento seguro. —dice la primera voz que escuchamos.

—El Sr. A se enojará mucho por esto. —dice una voz mientras se escucha como camina de un lado a otro nervioso.

—Deja de caminar que le vas a abrir un agujero al suelo —lo regaña uno y los pasos se detienen— pensemos algo que nos ayude.

—Eso es —dice uno dirigiéndose a los demás— ¿Cómo está vestido?

—Tiene razón, sabiendo como está vestido podemos encontrarlo más rápido.
 
—Bueno, está vestido con ropa casual —comienza a describir—, con un jean negro y una remera azul oscuro con una camisa a cuadros blanco y negro encima.

Al terminar la voz la descripción visualizo al ser masculino frente a mí, quien está temblando. Entonces detallo lo que lleva puesto, algo en mi cabeza hace clic y las pupilas de Edward se dilatan por miedo al ver que lo descubrí.

Es a él, a quien buscan esos tipos.

 Edward comienza negar con la cabeza repetitivamente para que no haga ningún ruido, pero ya es demasiado tarde ya que di un paso a atrás chocando con la encimera del baño, haciendo que de el cayera el pomo que había traído con agua, logrando que este haga ruido y llame la atención de las personas al otro lado de la puerta.

—¿Qué fue eso? —pregunta uno extrañado.

Me quedo helada en mi lugar, mientras Edward reza internamente para que no nos encuentren.

—Al parecer hay alguien en el sanitario. —dice uno.

—¡Eso es! —dice uno con entusiasmo—, nos falta revisar los baños.

Ambos nos quedamos congelados cuando el pomo de la puerta se comienza a mover con disposición de abrirse.

—¡Espera! —dice uno y el que estaba abriendo la puerta se detiene—, busquemos primero en el masculino.

Caminan hacia al baño al lado de este, miro a Edward nerviosa ya que sé que no nos dará tiempo a salir.

—¿Qué vamos a hacer?, nos van a encontrar —hablo entre susurros para que no nos escuchen.

Edward me toma de la mano y me lleva hasta el último compartimiento sin saber que hacer ya que tampoco hay una ventana por donde podamos salir.

—No sé que hacer —se queja Edward—, perdón por meterte en esto mejor me entrego y será más fácil y...