Capítulo 47

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Abigail


Hola pequeño Donovan, hace tiempo que no hablamos.

Te pondré al día de lo que está ocurriendo. Resulta que ya acabaron los tres meses del tiempo pactado y no veo el dinero por ningún lado. ¿Qué vamos a hacer? Muy fácil, tienes 24h para entregar todo el dinero o tu chica pagará por ti, y no hablo del dinero y recuerda contarle toda la verdad a la chica o se lo diré yo, empezando por decirle tu nombre verdadero.

En fin, recuerda nuestro trato. Nos vemos en 24h, Simon Donovan.

Sr. A.

Termino de leer y bajo la nota, miro fijamente a Edward mirando su expresión de horror y temor.

—Puedo explicarlo. —anuncia acercándose.

—Oh, claro que lo vas a explicar. — murmuro burlona.

Le doy la nota y la relee intentando descifrar lo que hay en ella.

—No sé por dónde empezar — masculló.

—Qué tal si me dices, ¿por qué ese hombre dice que le debes dinero? —exclamo mirándolo fijamente.

—Es una historia muy larga. —se excusa.

—Tienes la suerte de que tengo todo el tiempo del mundo para escucharla.

Edward suspira pesadamente antes de sentarse en el sillón, lo miro con una ceja alzada, parecer comprender lo que quiero decir.

—Te dije que sería una historia larga —explica—, así que es mejor que tomes asiento.

Luego de soltar un suspiro me siento a su lado esperando a que comenzará a hablar.

—Todo comenzó cuando mis padres se conocieron...

Comienza a narrar y lo miró con una ceja alzada —gesto que al parecer será repetitivo esta noche—, y él me explica.

—Te dije que sería una historia larga. —anuncia.

—Está bien, continúa.

—Como iba diciendo: Todo comenzó cuando mis padres se conocieron. Ambos cursaban preparatoria, mi madre se llamaba Celeste Diquen y papá —una mueca se formó en sus labios al mencionar a su padre—, Hugo Donovan.

»—Mamá en ese tiempo trabajaba en una biblioteca como ayudante, era una especie de nerd y Hugo —esta vez no lo llama "papá" pero si muestra una mueca—, iba cada día con sus amigos a molestarla. Ya que era una especie de bad boy.

—Un cliché muy típico. —expuse mi opinión y el asintió.

—Y como típico cliché, mi madre se enamoró perdidamente de él y comenzaron a salir unas semanas después.

»—Mi abuelo nunca estuvo de acuerdo con su relación y Hugo manipuló a mamá haciéndole creer que quería separarlos y le metió la idea en la cabeza hasta que un día cuando mi abuelo fue a buscarla a su habitación, ni ella ni sus pertenencias se encontraban.

—Habían huido. —susurro dándome cuenta de la situación.

—Exacto. —asiente—. Mi abuelo llamó a la policía, pero como ya eran ambos mayores de edad no pudieron hacer mucho. Estaba en sus manos la decisión de si querían volver o no.

—Y no lo hicieron. —me adelanto a los hechos.

—Comenzó a transcurrir el tiempo y no volvían así que mi abuelo desistió y se quedó a esperar su regreso.

»—Dos años después parecía que todo sería feliz para la pareja, habían tomado la decisión de casarse, habían comprado una casa, la cual irían pagando a plazos, y todo parecía felicidad hasta que ocurrió.

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