Capítulo 6

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 Abigail

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala. In...

A la mierda la calma.

—¿Me estás siguiendo? —el enojo es audible.

Caminé hacia atrás con un poco de miedo. Lo había conocido ayer, no sabía nada más que su nombre y nunca se sabe.

—Calma, gatita. —uso sus manos como si estuviera parando un carro que fuera directo hacia él.

—Que le pidas calma a alguien no va a hacer que se calme —exclamé en un tono elevado—, y más si se trata de un desconocido.

—Soy Edward, me conoces. —su voz sonaba apagada.

—En realidad no lo hago, que nos hayamos visto ayer no nos hace ni conocidos, además, te recuerdo que estuve a punto de llamar a seguridad. —le aclaré.

—Puede que hayamos empezado con el pie izquierdo. —bufé.

—No me digas, creo que fue la pierna izquierda completa. —no lo dije para nada en un tono jocoso, pero eso no impidió que soltara una carcajada.

A mi no me hacía nada de gracia.

—¿Y si comenzamos de nuevo? —esta vez su voz denotaba duda.

—Que nos presentemos adecuadamente, según tu, no va a hacer que deje de desconfiar en ti. —señalé lo obvio.

Se quedó un momento pensativo antes de asentir.

Al fin lo había comprendido.

—Tienes razón.

—Que bien que no comprendes. Así que, adiós.

Me dispuse a irme, ya no quería permanecer ni un minuto más en ese parque, además de que se me habían quietado las ganas de pintar. Me di vuelta y comencé a caminar en dirección a mi casa cuando sentí sus pasos seguirme, me giré y lo encaré.

—¿Qué haces? —cuestioné con una ceja alzada.

—Ir contigo. —musita con una sonrisa.

—No acabas de entender ¿verdad?

—¿Qué no comprendo?

Deja ir un suspiro exasperado.

—Somos dos desconocidos, no te tengo confianza, ni tu deberías tenérmela a mi. Así que cada cual va a irse por su lado y dejar en paz al otro. —pronuncio cada palabra lo más claro posible e incluso hago mímicas como si le estuviera enseñando una lección a un nene de cinco años.

—Está bien, me iré, pero quería preguntarte algo.

Medito un momento con desconfianza.

—¿Cuál sería esa pregunta? —cuestiono con duda.

—¿En qué te inspiraste para pintar "Luces y sombras"?

Mi mundo por un momento parece descarrilarse, todo tiembla. Muchas veces me han hecho esa pregunta, periodista, pintores, conocidos... y a todos les he dado la misma respuesta: la depresión.

Simplemente la interpreté de una forma en la que todos se pudieran sentir identificados y la depresión, ya sea directa o indirectamente forma parte de nuestras vidas, incluyendo la mía, pero de una forma muy diferente de lo que todos se imaginan.

Siempre digo la misma versión para todos, pero esta vez cambio mi respuesta.

—¿Por qué tendría que tener una inspiración?

Luces y sombras ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora