Luces y sombras ✓

Capítulo 24

Abigail

—Por lo que más tú quieras Abby, envía ese mismo.

—¡Ya te dije que no! —me enojé.

—Bueno ya le prometimos que entregarías una nueva obra —se queja Jack siguiéndome todo el camino hasta mi habitación.

—Se lo prometiste tú, no yo. —me crucé de brazos.

Falta una semana para mi nueva exposición y a Jack se le ocurrió la brillante idea de prometerle al director de la exposición una nueva obra que se estrenaría. Lo cual es un grandísimo problema ya que no he tenido inspiración.

—Se lo prometí porque sabía que podrías hacerlo, y lo lograste no una sino dos magníficas obras que serían grandiosas.

—Sabes muy bien porque no puedo exponer esas pinturas —lo miré fijamente mientras entraba a mi estudio.

—No le veo nada de malo a esas pinturas —se encogió de hombros.

—¡Hay por favor, si esas pinturas gritan a los cuatro vientos mis sentimientos! —grité.

—¡Esa es la idea de pintar, mostrar tus sentimientos con solo unos colores y una imagen! —exclamó con el mismo tono de mi voz, pero más frustrado.

—¡Pero es que no quiero mostrar mis sentimientos! —exploté.

Todo esto es muy abrumador, desde que se fue Edward todo va de mal en peor. Cada vez se acerca más la fecha límite para tomar la decisión con respecto a mi hermana, a esto súmale lo mal que me siento al no tener inspiración más todo lo que ha estado ocurriendo hace una semana.

Llevo unos días sintiendo que me vigilan, así que me he limitado a salir solo de día para no decirles a nadie lo ocurrido, aunque la sensación sigue ahí y no es para nada agradable.

 —Los sentimientos no lo puedes ocultar por mucho que quieras Abby, tal vez puedas camuflarlo con algo más, pero lo único que estarás haciendo es engañándote a ti misma, y por mucho que lo ocultes tarde o temprano saldrá a la luz. —asentí con los ojos llenos de lágrimas.

—Aunque... —siguió hablando— se dice que si te desahogas con alguien es más fácil de sobrellevar, o al menos eso dicen. —me sonrió cálidamente y le devolví el gesto.

—Está bien, te diré todo lo que está pasando.

—Estoy aquí para ti, Abby.

—Prepárate, va a ser una conversación muy intensa.

—Entonces, ya tenemos una excusa para ingerir comida chatarra. —dijo levantándose.

—Nosotros no tenemos que tener una excusa, simplemente la comemos porque nos gusta.

—Tienes razón —concuerda conmigo haciendo un gesto con la cabeza—, además si vamos a ponernos gorditos y bonitos...

—Nos ponemos gorditos y bonitos juntos —completé la frase con una sonrisa.

—Abby, tienes que decirme que cuadro vas a exponer.  

Con una gran sonrisa le respondo.

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Una semana después

—¡Hola!

Apenas entramos nos topamos con Clare, la abuela y su hijo.

Clare saluda a todos efusivamente y me agradece por invitarla, además de dejar en claro que le gustan mis pinturas. Hago una nota mental, cuando recupere mi inspiración voy a pintarle algo especial. Es mi forma de agradecerle por ser mi amiga.