Un apuesto joven de cabello alborotado se encontraba parado frente al árbol que le servía de morada a la joven Diosa escribiendo algo en el tallo del mismo.
Milk, decía Gokú, suspirando, mientras miraba el corazón que había dibujado en el mismo con una pequeña frase.
Gokú, Gokú, escucho el apuesto muchacho, dejando caer la pequeña piedra con la que había escrito en el árbol.
Ya voy, decía Gokú, mientras caminaba hacia el lugar donde provenía la voz.
Pensé que decidiste irte ya que demoré mucho en mi meditación, respondió la pelinegra, en tono nostálgico.
No, como crees, mi deber es cuidarte mientras estás fuera de tu morada, dijo Gokú con calma.
Es que como te note algo inquieto, ¿acaso tienes algún problema?, respondió Milk.
No, claro que no, dijo Gokú con calidez.
¿Entonces me puedes acompañar un tiempo más?, acotaba la joven, con dulce sonrisa.
Ceo que ya es hora de que descanses..., decía Gokú.
Comprendo, tienes cosas que hacer, dijo Milk en tono nostálgico, al tiempo que la sonrisa se le desdibujo de su rostro.
¡Eh! respondió Gokú, al tiempo que una voz venía a su mente.
"Nos vemos por la noche, en el jardín del castillo"
Fue la frase que el apuesto joven escucho, mientras su rostro se tornaba pensativo y observaba el nostálgico rostro de la joven Diosa.
No te preocupes, no tienes que quedarte más tiempo, solo por complacerme, yo comprendo, decía Milk, con la mayor calma posible.
No, me quedaré un par de horas más contigo, respondió Gokú, mientras pensaba: Perdóname Caulifa, pero no puedo negarme a las peticiones de este angelito bello.
¡Gracias! dijo Milk tomando las manos de su apuesto guardián, al hacerlo ambos sintieron una especie de electricidad recorrer sus cuerpos, al tiempo que los latidos de sus corazones se aceleraban más y más.
No tienes nada que agradecer, lo hago con gusto, respondió Gokú, mientras recorría con su mirada el rostro de la joven Diosa, cuando de repente un fuerte viento se sintió en el lugar.
El par de pelinegros se soltaron de su agarre, al tiempo que uno de ellos decía: Debe ser Orius.
¿Orius el Dios del Clima?, decía Gokú.
Sí, él viene cada cierto tiempo a ver cómo me encuentro, respondió Milk con calma.
Viene a verte cada cierto tiempo, ¿a estas horas?, acoto Gokú, tratando de sonar calmado, mientras sentía todo quemarle por dentro.
No, viene a horas más tempranas, pero estoy segura que es él, decía Milk, al tiempo que una voz empezó a inundar el lugar.
Naturaleza, Naturaleza, escucharon los pelinegros.
Si, si es él, dijo Milk con calma, haciendo una pausa para acotar mirando a su apuesto guardián: ¿Me acompañas?
Por supuesto, respondió Gokú.
En tanto: "Jardines de un castillo"
Una joven de cabello en puntas caminaba de un lado a otro mientras pensaba: Ya es muy tarde, se supone que ya debería estar de regreso. ¿Por qué está demorando tanto?
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"VENGADORES DEL OTRO MUNDO"
De TodoUn amor que no conoce de barreras y se mantendrá a través del tiempo. Un amor que es la fortaleza principal de un guerrero. Ellos perdieron casi todo, algunos perdieron a los seres que amaban, a su planeta e incluso a la persona designada como Dio...