Un par de jóvenes se miraban fijamente, mientras un joven cabello de flama los miraba a ambos preocupado.
¿Entonces no es un regalo para mí por San Valentín?, decía una bella pelinegra con cierta nostalgia en su voz, rompiendo su silencio.
¿Quién es San Valentín?, ¿Por qué hay que dar regalos por ese señor?, decía Gokú en tono celoso.
Hoy es el día de San Valentín, el día del amor y la amistad, y pues las personas que se aman, o los amigos, se dan se acostumbrar a dar regalos, respondió Milk, haciendo una pausa para decir en voz baja: Mejor me siento a descansar aquí, este árbol me relaja mucho.
No, no, antes de que te sientes, Naturaleza brindamos un poco de tu energía, decía Vegueta, tratando de sonar calmado.
Yo me llamo Milk, no Naturaleza, respondió la pelinegra con firmeza, mientras se sentaba junto al frondoso árbol.
Hay no, creo que tendremos que explicarle todo Kakaroto, sino esta niña no querrá danos la energía que buscamos, lo bueno es que, al solo ser un espíritu, todo quedara como un sueño, decía Vegueta, mientras miraba a su amigo.
¿Quieres que yo le explique?, respondía nervioso Gokú.
Si Kakaroto, y has que deposite su energía en Voltius, los dejare solos, dijo Vegueta, al tiempo que empezó a caminar.
¡Eh¡ claro, respondió Gokú, mientras veía a su amigo alejarse.
Tras algunos minutos, ya con Vegueta lo suficientemente lejos de los dos, la pelinegra posó su mirada en el joven de cabello alborotado, quien, al sentir observado bajo la mirada, mientras sentía su corazón acelerarse.
Milk,..., decía Gokú en tono nervioso al tiempo que se inclinaba un poco para dejar al pequeño arbolito que llevaba en sus manos en el piso, mientras la jovencita caminaba a paso lento tras de él.
No tienes que explicarme nada, escucho el apuesto joven de cabello alborotado, al tiempo que sintió unos delicados brazos rodearlos de su cuerpo tras su espalda.
Milk, dijo Gokú girando a ver a su amada.
Nuestro amor debe seguir siendo secreto, ¿no?, respondía la bella joven.
¿Lo recuerdas?, decía con lágrimas en los ojos el joven de cabello alborotado.
Por supuesto, nuestro amor no tendría límites, así lo prometimos cuando lo aceptamos y decidimos estar juntos, ¿no?, respondía la bella jovencita, haciendo una pausa para decir: Cada sueño, solo queda allí en mis sueños, mi cuerpo ahora duerme en mi habitación, pero mi espíritu está aquí contigo mi único amor, mi espíritu que tú al ser una persona tan especial, no solo puedes ver, sino además sentir, y estoy feliz, muy feliz de que hoy en esta fecha tan especial, hayas decidido darme tu rostro y no seguir observándome a escondidas cada vez que venías a este bosque, o ibas a la ciudad, precisamente a mi casa.
¿Sabías que estaba aquí?, dijo intrigado Gokú.
Aunque ahora soy una terrícola, mi espíritu sigue siendo el de la chica con poderes sobrenaturales que vivió hace más de 16 años en el mismo planeta que tú, por ello podía sentirte mi amor, por ello sé también el motivo por el cual están Vegueta y tú aquí, respondió la pelinegra, mientras se abrazaba al cuerpo de su amado.
No puedo darte un beso, decía con nostalgia Gokú, al sentir las delicadas manos de la jovencita sobre su cuerpo.
Lo sé, y no te preocupes, nuestro amor podrá soportar esta nueva prueba, para que tú junto con los otros guerreros de nuestra raza puedan vengar de verdad la muerte de nuestros amigos y destrucción de Vegita y los demás planetas de otros universos que vienen siendo destruidos o sometidos. Ya soportamos una vez esto, ¿no?, hasta que sucedió lo que ya sabemos, entonces podremos soportarlo una vez más, respondía la pelinegra, con la mayor calma posible.

ESTÁS LEYENDO
"VENGADORES DEL OTRO MUNDO"
SonstigesUn amor que no conoce de barreras y se mantendrá a través del tiempo. Un amor que es la fortaleza principal de un guerrero. Ellos perdieron casi todo, algunos perdieron a los seres que amaban, a su planeta e incluso a la persona designada como Dio...