Un apuesto joven de cabello alborotado acomodaba uno de los mechones de cabello de una joven diosa que estaba recostada en una cama, mientras balbuceaba entre sueños algunas palabras que confundían a su guardián.
No quiero que pase nada, no quiero, pero tampoco quiero dejar de sentir, decía la pelinegra mientras unas lágrimas salían de sus ojos y humedecían su rostro.
¡Milk! mi angelito, respondía Gokú, mientras le limpiaba con la palma de sus manos las lágrimas.
En tanto:
En otro planeta, un grupo de hombres que vestían túnicas muy elegantes se encontraban reunidos platicando, mientras esperaban el inicio de una reunión con su superior.
Y así como te digo Bastián, yo ya tengo a una diosa en la mira para tomarla como compañera en cuanto el supremo lo autorice, decía uno de los Dioses presentes.
A Naturaleza ya la aparte yo, respondió con firmeza Orius, que estaba en el grupo de Dioses.
¿Qué?, ella es muy joven para ti, en cambio yo, decía el Dios, siendo interrumpido por Orius.
La edad no es impedimento para tomar una compañera, además tu ni siquiera haz cruzado palabra con Naturaleza, las pocas veces que la has visto, en cambio yo con ella tenemos algo especial, respondía Orius.
Si no he cruzado más de dos palabras con ella es por tu culpa Orius, las pocas veces que ella ha estado presente en alguna reunión de Dioses tú te la pasas junto a ella, no la dejas ni respirar, dijo el otro Dios.
Eso no es cierto Dago, además yo solo cuido lo que será mío, y hablando de lo mío, ¿por qué Naturaleza no fue convocada a esta reunión?, respondía Orius.
Creo que no le pasaron la voz para que no nos distraiga con su belleza, decía Bastián sonriendo, mientras otros Dioses asentía, excepto uno que lo miro con molestia.
Te prohíbo que hagas comentarios impropios sobre Naturaleza, acotó Orius mirando a Bastián.
Pero si Bastián solo dijo lo que todos los aquí presentes sentimos y creemos, ¿no?, decía otro Dios.
Cierto, muy cierto, decían los demás dioses.
Naturaleza es tan bella que nos distrae, acotaban otros.
Naturaleza serás mi compañera, era el pensamiento de otros dioses.
Vegita:
Gokú, decía con dulzura la pelinegra mientras abría sus ojos, y su apuesto guardián dejaba de acariciarle su rostro con sus manos.
Yo,...yo...yo solo te estaba limpiando el rostro, es que estabas llorando, respondió un tanto nervioso Gokú.
Llorando, dijo Milk con dulzura, mientras miraba el lugar.
Sí, y decías algunas cosas que no comprendí, agregaba Gokú.
Tú me trajiste aquí, decía Milk con calma, mientras se sentaba sobre la cama.
Si, respondió Gokú.
A parte de mí, tú eres el único que puede entrar a mi morada, decía Milk con calma, mientras se ponía de pie, al tiempo que posaba su mirada en el joven de cabello alborotado mientras agregaba: La señora que me cuidaba entraba, pero conmigo cuando era una bebé, conforme fui creciendo, ella ya no pudo entrar al árbol, solo lo hacía yo, a ella solo se le permitió el ingreso al área sagrada del bosque, como se lo ha permitido el supremo a los reyes una vez y a los guerreros que vinieron contigo trayendo una vez a Voltius, pero tú, tú puedes entrar y salir del área sagrada del bosque sin problemas, además eres el único que ha podido entrar a mi morada a parte de mí, sin duda eres especial.

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"VENGADORES DEL OTRO MUNDO"
RandomUn amor que no conoce de barreras y se mantendrá a través del tiempo. Un amor que es la fortaleza principal de un guerrero. Ellos perdieron casi todo, algunos perdieron a los seres que amaban, a su planeta e incluso a la persona designada como Dio...