Capítulo 6

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Scarlett

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Scarlett

Estaba en el cuarto, caminando de lado a lado y soltando quejidos por el dolor en el costado. Me rompí la costilla en un entrenamiento y tuve que tener reposo por semanas. Por lo menos, he estado presente en los entrenamientos, mirando y detallando cada gesto para no perderme o quedarme atrás.

La cosa es que hoy se supone que vuelve Alek, de su misión en Italia. Según lo que me contó antes de irse, era un trabajo muy importante que involucraba a la mafia. Estuve con él cuando leyó mil veces cada documento, investigó por horas sobre los involucrados y trazó el plan millones de veces. Me quedaba mirándolo en tanto él trabajaba. Me gusta hacer eso.

Por lo que escuché de los líderes, a escondidas por supuesto, es que llegará cerca de las cinco de la tarde, y son las cuatro con cincuenta y dos. Estoy jodidamente nerviosa. Siempre que lo envían a una misión me pongo así. Debería estar descansado. Y no lo haré hasta que vea a mi novio sano y salvo. La mafia italiana conlleva gente muy peligrosa, y que Aleksander deba meterse en eso me inquieta mucho.

De pronto, bullicio empieza a oírse detrás de la puerta de la habitación y espero que sea porque reciben al ruso. Entusiasmada y con el corazón acelerado, salgo del cuarto. Camino a la velocidad de un caracol. Me duele demasiado aún el costado. Atravieso los pasillos y llego al vestíbulo, donde están todos los miembros de esta institución. Son tantos que no alcanzo a ver qué demonios miran. Me percato de que tienen unas caras de tristeza y desconcierto que me alerta.

¿Y Alek?

Sin importarme quien está en el camino, me meto entre la multitud y trato de llegar al frente. Alcanzo a ver a los líderes, mas no sé por qué están todos reunidos ni la causa del silencio que se forma. Estoy a nada de llegar adelante y dos personas se me cruzan, impidiéndome el paso.

—Joder, quítense —espeto a mis hermanos—. Necesito verlo.

Scarlett... —carajo, si Nate me llama por mi nombre y no por el apodo debe ser algo malo.

Vamos al cuarto —sugiere Sky, tan seria que me asusta.

¿De qué hablan? Tengo que verlo —los empujo y continúo.

Scarlett...

Me posiciono delante de todos y observo la situación. Los líderes se encuentran alrededor de una gran bolsa negra que sigue cerrada. Soy testigo de cuando Viktor, el tío de Alek, se agacha a abrirla y todos jadeamos ante la vista de un cuerpo incinerado y completamente quemado. Viktor saca lo que parece ser una nota de la bolsa y la abre. No sé qué dice, su semblante decae y exhala.

Se gira hacia los líderes.

Es Aleksander —cuchichea.

Y mi mundo se quebró.

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