Capítulo 50

122 11 0
                                    

Scarlett

El caos se desató con ese video.

Todos aquí teníamos cosas, o personas, en peligro. Nikolai y Aleksander no podían dejar de ver el video donde Alena y Alexei son torturados. Nikolla estaba perdiendo parte de su mercancía y territorio si esos videos eran reales. Bianca había enseñado los sueros que pueden enviarnos a la muerte. Cada uno tenía una preocupación diferente, y poco tiempo para resolverlo.

Bianca nos lo había jugado bien.

¿Lo más impactante? La revelación del final.

—¡¿Qué tú hiciste qué?! —exclamó Nikolai a mi hermana, que estaba pálida y en completo silencio.

La angustia, el pánico y la rabia se estaban haciendo notar en el ambiente. Y eso desataría una guerra entre nosotros. No podemos permitirlo. Hay personas en riesgo. No podemos darnos el lujo de gastar tiempo en peleas absurdas cuando está la posibilidad de perderlo todo. ¿Por qué me volví parte del objetivo de la mafia italiana? No tengo idea. Quizá fue porque estuve con Aleksander, porque trabajo con ellos o algo de ese estilo. No lo tengo claro. Sin embargo, el punto es que tienen el suero y debo acabar con esa mierda antes de que alguno de nosotros salga herido.

Acabaremos esto de raíz.

—Yo no... —balbuceó mi hermana, en un tono bajo.

—¡¿Le diste nuestra información a esa maldita?! —el Vor se paró a centímetros de ella, viéndose amenazante y... grande, en niveles intimidantes. Iba a salirle humo de la nariz en cualquier minuto.

—¡No! —volvió a negar, mirándonos—. ¡Ella la robó de mi computador, yo no le di nada!

—¡¿Y cómo carajos no se te ocurrió avisarnos antes?!

—¡No lo sabía! ¡Pensé que... no me di cuenta!

—¡Basta! —Aleksander interrumpe la pelea. Las venas de su cuello se marcan, puedo leer la preocupación en sus ojos y el enojo que le da que su padre y Alena estén pasando por esto otra vez. Ni siquiera sabemos dónde pueden estar. Alek enfocó a la tríada de Megan—. Tomen ese maldito video y busquen la señal de transmisión. ¡Ya!

Acataron la orden enseguida.

—Zamir intenta buscar la señal de seguridad de los otros galpones —nos hace saber Nikolla, sin apartar la mirada de su móvil. A su lado, Zamir teclea a la velocidad de la luz, buscando lo necesario para saber si es cierto que sus galpones han sido invadidos.

—¿Qué pasa con la maldita seguridad de la casa? —vuelve a interrogar el Boss, sin quedarse quieto.

—Ha sido intervenida, señor —aclara uno de los voyevikis que está con nosotros—. La han bloqueado con una contraseña diferente y patrones cambiantes. Fue activada de otro sitio.

—Pff, denme eso —Nate le arrebata el ordenador—. Lo arreglaré en unos segundos.

—¿Cómo lo lograron? —insiste mi novio.

—Tuvo que hacerse desde aquí. Sin duda fue Bianca —expreso, sin apartarme de la cabeza la imagen de los tres sueros juntos—. Alteraron con los códigos originales el sistema parcial. Lo modificaron de tal forma que lo tienen a su disposición. Es probable que ni siquiera responda a las alertas correctas de activación. Lo controlan.

—¿Qué carajos tenías en ese computador? —inquiere a Sky.

Por primera vez, luce un poco avergonzada y perdida.

—Todo —expone, en un suspiro cansado—. Los... planos de las casas, formas de escape, sistemas de seguridad. Todo, incluyendo las de Nikolla, cómo protegimos sus galpones y las cuadras de guardias. Si... lograron ingresar a la mansión de Alek en Rusia, debe ser a causa de que... utilizaron mis planos y lograron evadir la seguridad.

Víbora [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora