Capítulo 36

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Alek

Perdí la conciencia por pocos segundos.

La cabeza me daba vueltas, sentía un dolor en la pierna y me costó recuperarme. A mi alrededor, el fuego consumía cada parte del salón, el humo amenazaba con asfixiarnos y noté que en breve el techo se nos caería encima si no salíamos. La madera se iba tornando negra, y había algunos pedazos en el suelo.

Un escozor me arañó la garganta cuando inhalé, incorporándome. Lo primero que hice fue buscar a Scarlett. Intenté protegerla, pero la explosión había estallado y nos envió a los dos a lugares diferentes. El corazón me latió fuerte en el pecho en tanto esquivaba llamas y madera para encontrarla. La simple idea de pensar que el daño que sufrió fue grave me jode.

La encuentro bocabajo, cerca del rincón. Hay una posa de sangre alrededor de su cabeza. No se mueve, por lo que asumo que está inconsciente. Corro hacia ella, tapándome la nariz y boca con el antebrazo en un intento de evitar el humo. Me arrodillo, no... parece tener heridas demasiado graves, y trago grueso ante la vista de sus manos. Su piel... tiene múltiples quemaduras, y no son normales.

Volvió a salvarme la vida.

Toco su cuello, y puedo sentir un pulso estable por ahora. Tengo que sacarla de aquí. Necesita que le curen las quemaduras, y revisen el golpe en su cabeza que no deja de sangrar. No me perdonaría que su situación empeore, y todo por haberme salvado a mí en vez de protegerse ella. A mis espaldas, parte del techo se cae y más fuego lo consume. No veo a nadie. No sé dónde estarán, o si alguien está herido.

Cargo a la pelirroja en mis brazos, con cuidado, y la pego a mi pecho para que respire lo menos de humo posible. Trato de ir lo más rápido que puedo. A mitad de camino, me topo con otras dos personas, y las reconozco enseguida.

Sky y Nate buscan con desesperación a su hermana, y por poco lloran cuando ven que yo la tengo. La castaña tiene un corte en el pómulo, Nate tiene manchas de sangre en la zona del hombro, y rastros negros ensucian sus rostros. Los tres salimos del lugar que se cae a pedazos. Afuera, nos encontramos con los demás.

Domenico ayuda a su padre, quien no deja de toser. Bianca permanece a un lado, viendo con ojos cristalizados cómo todo se destruye. Nikolai está con Alexei, los dos observan cada rincón con el ceño fruncido y mucha cautela. Zamir ayuda a caminar a Nikolla, que parece que sufrió daños en su tobillo. La tríada de Megan contempla desde cierta distancia, los tres lucen hastiados y hay raspones en sus brazos, piernas y rostro.

Me acerco a Alena. Ella está en buen estado, y no parece tener heridas graves.

—Llévala a la casa de la colina —solicito, entregándole el cuerpo dormido de mi mujer—. Lleva a un doctor para que le revisen las manos y la herida en su cabeza. Ponla en la habitación principal.

—Bien.

Enfoco a Megan, Leandro y Kyle.

—Acompáñenla, para que no haya peligro.

Ellos asienten y la siguen. Traje a esa tríada para mantener vigilado a los Castelli. Cuando salí del despacho luego de... haberme divertido un poco con mi mujer, les pregunté si vieron movimientos raros y comentaron que los Castelli jamás salieron del salón o desaparecieron.

Veo a Alena caminar hacia su vehículo y recostar a Scarlett en los asientos traseros. Se marcha en pocos segundos, la tríada siguiéndola con otro auto, y me quedo muy preocupado. Me encantaría llevarla yo mismo, no obstante, debo saber qué demonios ocurrió. No solo hicieron explotar gran parte de la mansión, sino que pusieron ácido en mi copa. Al poner el ácido iban directo a mí. Con la bomba atentaron con la vida de cualquiera que estuviera en el interior y eso es un exceso.

Víbora [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora