Víbora [+18]

Extra #1: Obsesionados

¡Holaa! ¿Cómo están? Les traigo este extra que trata sobre la conversación que mantuvieron Aleksander y Michael momentos previos a la muerte del chico. Aquí se explica lo que pasó, por qué Alek hizo lo que hizo y cómo se sintió Michael con la situación. 

La verdad, este extra lo tenía escrito hace mucho y fue porque un día se me antojó definir y explicar ese momento tan crucial en la historia. Me gusta mucho en consecuencia de que muestra muy bien los alcances de Alek y cómo estaba Michael después de todo lo que le pasó.

Espero que les guste, los extraño un montón y manden buena suerte porque tengo un bloqueo horrible con Asfixia, y no he podido continuarla :(

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Michael Madden ingresa a las duchas luego de anunciarle a su entrenador que debe marcharse de urgencia, sabiendo que Scarlett iría a buscarlo, y él quería verla.

Finaliza la llamada con ella y guarda su teléfono en el bolsillo. Camina hacia su locker para sacar su ropa limpia y prepararse para ducharse. El baño estaba en completa soledad y silencio. Sin embargo, cuando fue a despojarse de su ropa, alguien lo rodeó con el brazo y lo ahorcó hasta dejarlo inconsciente. Cayó al suelo, perdiendo la razón, sintiendo la angustia y temor en su pecho, y lo último que vio fueron unos orbes verdes muy parecidos a los de él.

Muy pocos minutos después, despertó. Se sentía adolorido, y el temor hizo que su respiración se acelerara. Su vista se aclaró, y recorrió el baño con desesperación. Ahí, de pie en medio, había un pelinegro alto y con tatuajes que limpiaba un arma y hacía nudos raros con una cuerda. El hombre era imponente, con aires fríos y peligrosos. Michael tragó duro, movió las manos y se dio cuenta de que estaba atado con cadenas a unos tubos. El sonido hizo que el pelinegro se alertara, y lo mirara.

Por alguna razón, a Michael le parecieron raros sus ojos, como si sospechara de algo. El hombre esbozó una sonrisa peligrosa y tétrica, que hizo que el miedo le calara los huesos. Estaba asustado, y rogaba para que Scarlett llegara pronto, o que alguien entrara. Se sobresaltó cuando el tipo cargó el arma y se giró hacia él. Se le revolvió el estómago al ver el arma, y sus ojos se nublaron en lágrimas, consumido por el terror.

—¿Q-quién eres? —susurró en un débil hilo de voz.

El chico se le acercó, con una gelidez impresionante en su mirada.

—Supongo que la última persona que verás —la diversión tintineaba en su tono, y el raro acento hizo que una idea se asentara en la mente de Michael.

Hundió las cejas. Acento extraño, ojos verdes y... una similitud poderosa con... el hombre que Scarlett había descrito el día que le habló de su vida, y de... su ex novio. El malestar que atacó su cuerpo lo hizo dejar de luchar contra las cadenas, y se sintió patético, insignificante. Lo reconoció en segundos, y no lograba comprender la situación.

—¿Eres... ruso? —inquirió, buscando confirmar sus sospechas.

Él soltó unas carcajadas que hicieron que escalofríos recorrieran a Michael. Había algo en él que lo asustaba en demasía, lo hacía sentir como una presa a punto de ser cazada. Se sentía como si estuviera atado de manos al borde de un abismo, a un segundo de perderlo todo.

—Veo que ella te ha hablado de mí.

—Aleksander, ¿verdad?

—El mismo —se inclinó delante de él. Vio que, a pesar de que Scarlett encontrara casi iguales los ojos de ellos, Michael notó que los de Alek eran unos tonos más oscuros, como si una sombra los cubriera. Se veía adulto, al igual que sus facciones. Michael era un niño a su lado, y saber que... intentó competir contra eso hizo que decayera, que su ánimo bajara. No había punto de comparación, y él podría asegurar que era un tipo peligroso, que sabía usar armas, que había asesinado a miles y que era... un mercenario. Michael se sintió tan inferior—. Es un placer conocerte en tus últimos momentos de vida. Me da cierta satisfacción saber que seré la última cara que verás. Tienes suerte, supongo.