Capítulo 16

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Scarlett

Las semanas que necesité para reponerme por completo transcurrieron bastante lento.

No podía hacer demasiado. El reposo era necesario o existía la posibilidad de que las lesiones no se curaran bien, y pudiera sufrir algún daño mayor en el futuro. Por ende, me mantuve en casa, aunque entrené cada cuanto para no perder la costumbre y forma. Tenía que volver con todo a la organización, y no permitir que un error me echara abajo.

Sobreviví años en esa institución. Soporté golpizas, entrenamientos excesivos que pocos aguantan, innumerables castigos y un trato horrible. No dejaré que este maldito desliz marque un punto en la carrera. Prometí convertirme en la mejor, y es lo que haré sin duda. Nada va quitar mi fijación de ese objetivo. Y volveré a demostrar que el lugar que tengo me lo gané con esfuerzo y dedicación. No soy perfecta. Me equivoco, y puedo cometer errores, mas el verdadero error sería no levantarme cuando caigo, y no nací para ser pisoteada.

Vine a ganar.

Vendo mis manos con cautela, me amarro el cabello en una coleta alta y me pongo en posición. Empiezo a golpear el saco con fuerza, liberando la tensión de mis músculos y permitiéndome sacar el estrés. Me mantengo centrada. Nada de distracciones estúpidas. Mi mente trabaja, como siempre, a mil por hora sobre probabilidades, golpes, enseñanzas y demás. Soy una jodida asesina. La mejor que el mundo haya visto, y nadie va a hacerme a un lado para robarme el trono en el que ya me estoy posicionando.

Así no son las cosas.

Jugaré con armas, cuchillas e incluso con garras si hace falta. Nadie me sacará del trono. Es mío. Me pertenece, y juro protegerlo con mi vida. El sudor se desliza por mi frente y pecho, algunos de mis músculos exigen descanso y lo ignoro. No pienso detenerme. Me paso un buen rato practicando golpes, y buscando las acciones incorrectas que cometí con el infiltrado. Bajé la guardia por el tema de Alek, y no puede volver a pasar. Era lo que menos esperaba que saliera a la luz. Otra equivocación así, y puede costarme la vida.

Mejoraré.

Cuando ya van a ser las ocho de la mañana, decido subir a darme una ducha y prepararme para el instituto. No quería ir. Lo considero ya una pérdida de tiempo. En vez de estar ahí, podría hacer cosas que me aportan más al trabajo. Aparte, casi no hacemos nada gracias a que los exámenes finales acabaron. Solo esperamos las calificaciones, y la famosa graduación a la que no pienso ir. Qué desperdicio.

Subo la escalera, y no alcanzo a cerrar la puerta cuando Sky se me planta en frente. Su cara de amargada es la misma de todos los días. Va con un maquillaje bonito y un vestido que destaca el cuerpo atlético que posee. Como no, si entrena a cada segundo.

—Ten —seria, me extiende una caja y capto la incomodidad reflejada en sus facciones.

—¿Qué es? —la tomo, leo el gran nombre que hay en la parte delantera y sonrío, divertida—. Pastillas anticonceptivas.

—Si vas a estar follando con ese idiota, por último, cuídate para que no te deje un regalito y arruinemos más la situación.

—Qué amorosa preocupándote por mi vida sexual —un ligero color cereza cubre sus mejillas. Sé cuánto le incomoda este tema. La inquieta muchísimo. Sabe de educación sexual y cada detalle que implica ese asunto, pero jamás ha tenido siquiera un acercamiento con alguien. Le disgusta en demasía—. Gracias, hermana. Ya no serás tía.

—Cierra la boca.

Suelto sonoras carcajadas, viéndola caminar a la cocina donde seguro devorará medio refrigerador. Esa mujer es como un pozo sin fondo. Come y come. No sé dónde demonios le cabe tanta comida, y nunca le duele el estómago. Ya quisieran varios tener ese super poder.

Víbora [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora