Dos meses más tarde...
Por alguna razón, el cielo parecía saber lo que estaba ocurriendo, dado que se encontraba oscuro, lleno de nubes y con aires fríos que anunciaban lluvias próximas.
Era... triste.
En Rusia, tres vehículos se estaban deteniendo en una zona desolada de la carretera. Debido a los pronósticos de mal tiempo, pocas personas pululaban por la calle. El viento era gélido y suave, la soledad era intensa y el dolor podía... tocarse con los dedos. O así se sentía.
Tres personas descendieron de ellos. Era imposible descifrar cual estaba más acabado. Podría ser Aleksander Vólkov, quien poseía ojeras oscuras, una delgadez que no era normal, una palidez que era extraña en él y... un aspecto desliñando y despreocupado. Quedaban rastros de lágrimas en sus mejillas. Creo que, si me pidieran graficar el dolor, lo habría dibujado a él.
O a Nate Walker, el pelinegro decaído y destrozado que había descendido de uno de los autos. Ya no poseía su aura divertida y expresión coqueta. No. Sus ojos denotaban tristeza, su semblante era duro y no mostraba nada. Cicatrices quedaron en su cuello, producto del ataque que sufrió hace dos meses. Se estaba recuperando de algunas cosas, pero... no de todo. Tal vez él era el más herido.
O Sky Leeds. La castaña era el reflejo de alguien herido y dañado hasta no poder más. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar. De hecho, en ese mismo minuto, limpiaba la humedad de sus mejillas. Tenía un aspecto frágil, estando tan pálida y delgada. Sus labios estaban heridos, debido a la rara costumbre que había adquirido. Se los mordía cada que podía. Mantuvo la cabeza gacha, como nunca antes.
Ellos tres eran perfectos para describir lo que era la tristeza más profunda.
Se acercaron hasta estar a pocos metros. Sky temblaba de frío, Nate parecía estatua y Aleksander no sabía qué demonios hacer. Había perdido el rumbo hace bastante.
—¿Para qué nos citaste? —espetó el nuevo amargado Nate, quien tenía la mandíbula tensa y los puños apretados dentro de su chaqueta.
—Para instarlos otra vez a buscar el paradero de Scarlett —comentó Alek, y Nate soltó una risa carente de gracia.
—Está muerta. Asúmelo y deja de joder —lo dijo de forma tan... seca y fría que no parecía que fuera él quien estuviera hablando. Alek cerró los ojos unos segundos ante esas palabras, porque ni siquiera había sido capaz de pensar en la posibilidad de que su novia estuviera muerta. No podía—. ¿Puedo largarme ya?
—Nate... —intervino Sky, con voz temblorosa y baja.
—¿Qué? —ladró él con desdén. Miró a su hermana como si no fuera nada—. ¿Te preocupa? Fuiste una mierda con ella cuando estaba viva. ¿Y ahora pretendes actuar como si nada cuando no está? Nada va a quitarte la culpa que cargas. Fuiste mala, fuiste cruel y así es como lo pagas. Ni siquiera sé qué estás haciendo acá. Recuerdo que dijiste que no éramos hermanos antes de que las cosas se arruinaran por completo. Cumple tu palabra, y desaparece de mi vista.
Sky comenzó a llorar otra vez. Sí, se había vuelto... muy sensible y Nate tenía razón. Se debía a la culpa que cargaba en sus hombros. Sky no había dejado de llorar desde que perdió a Scarlett. Rememoró cada uno de sus momentos con ella, y reconoció haber sido un asco de persona las últimas semanas. No la había apoyado cuando Scarlett lo necesitó, le dio la espalda e incluso la estaba presionando para que accediera a mantener una vida que no quería.
—No está... muerta —insistió el ruso, con un nudo en la garganta.
—Le dieron cinco putos tiros enfrente de nosotros y le inyectaron el suero. No lo pudo haber resistido, Alek.
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Víbora [+18]
ActionTRILOGÍA SERPIENTE #1 (Libro I finalizado) "Mi cascarón se ha roto, suelto veneno por doquier y asfixio sin piedad. Soy una serpiente. No por nada me llaman Víbora" Scarlett Knight, una mercenaria entrenada por una organización de asesinos, se encu...