Capítulo 14

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Scarlett

—¿Estás segura? —averigua Alek, con la respiración acelerada, los labios hinchados y rojos por tantos besos

Tragué duro.

Sí, quiero hacer esto.

Si quieres que pare, solo dímelo y ya. No tenemos que hacer nada que no quieras o que no estés lista para hacer, ¿bien?

Asentí con una sonrisa.

Amo que se preocupe tanto por mí.

No mentiré diciendo que no estaba asustada. Sí lo estaba. Alek me advirtió que puede doler, y daba miedo. Me hizo sentir cómoda, y sabía que bastaba una palabra mía para que él se detuviera.

Fueron... sensaciones nuevas y tan exquisitas que no quería detenerme. Era... más. Es decir, había más que placer carnal, como si... hubiera un hilo tirando entre nosotros, uniéndonos. Mi corazón se sentía más vivo que nunca, desbordaba amor y dejar de sonreír no era una opción para mí.

Estoy feliz.

De hecho, creo que esa palabra era muy pequeña para la cantidad de cosas que estaba sintiendo en ese momento.

Se supone que él debería estar entrenando en otra sede. Se escapó de ella, se metió sin que nadie se diera cuenta al edificio y llegó al cuarto. Yo tuve dolor de estómago hace unos días, y por eso Daniel sacó a Sky y Nate de aquí, para que no se contagiaran en caso de que tuviera algo grave. El dolor se me pasó al segundo día. No obstante, mentí diciendo que seguía mal para evitar los entrenamientos.

Y bueno, estábamos solos, una cosa llevó a la otra y...

Acabamos de esta forma.

Y no, no llegué al orgasmo. ¿Cómo demonios iba a hacerlo si me seguía doliendo? Sin importar lo anterior, continuaba estando contenta y feliz, seguía sintiéndolo como lo correcto. Si bien dolió como el infierno, no me arrepentía de nada. No me arrepentía de haber escogido a Aleksander para esta experiencia. Confío en él, lo amo y a la mierda lo demás. No esperaba que fuera perfecto. Soy inexperta, es la primera vez y sé que nos quedan cosas por aprender. Lo importante es que fue... real.

Fue real.

Aleksander, al finalizar, cambió la sábana y volvimos a recostarnos desnudos.

¿Te sientes bien? —indagó con ternura, deslizando su mano por mi cabello.

Sí, a pesar de que dolió bastante —crucé el brazo por su abdomen, abrazándolo, y recosté la cabeza en su pecho.

Ya te irás acostumbrando a medida que lo hagamos de nuevo. No dolerá tanto a la próxima.

¿Así que lo haremos otra vez? —me mordí el labio con picardía, y no pude evitar la sonrisa que se creó en mis labios.

Si quieres, sí —afirmó, sonriendo—. Se siente asombroso dentro de ti, y es una sensación que quiero volver a experimentar.

Ese momento fue uno de los más felices de mi vida.

Entonces lo haremos de nuevo.

Las veces que quieras —me envolvió en un efusivo abrazo y llenó de besos mi rostro en tanto yo reía—. Duerme un poco.

Vas a quedarte, ¿verdad?

Todo el tiempo que se te antoje. Estaré aquí cuando despiertes.

Víbora [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora