Capítulo 32
M: me está amenazando, dice que, si no tengo algo con él, va a destruir tu carrera política...
E: ¿Qué??
M: Acabó de llamarme... Quiere cobrarme que tú vayas a ser el próximo presidente...
E: ¡Se volvió loco! ¿Desde cuándo te está acosando??
M: desde siempre te decía que lo sorprendía mirándome de más... Y tú creías que me veía como una hija, pero su mirada era diferente... Extraña... Como de... Lujuria...
E: ¡no puedo creerlo! ¿Cómo se atrevió??
M: por eso no me gustaba estar cerca de él...
E: ¿Hizo algo más que mirarte?? Dímelo María. (Tomándola de los brazos sin notar que lo hacía con fuerza bruta)
M: varias veces se acercó y me insinuaba cosas...
E: ¡Imbécil! Esto no se va a quedar así.
M: ¿A dónde vas??
E: ¡A matarlo!
M: ¡Esteban, no!
Él se soltó de la mano de María y salió como un huracán. Pidió las llaves del coche al chofer, ordenó que nadie lo siguiera y se montó al auto, arrancando como un despavorido.
En ese momento entraba el hermano de Esteban, con el teléfono que se llevó por error, intercambiado...
Mar: ¿Qué te pasa María??
M: tienes que ir a casa de Servando Maldonado, Esteban va a matarlo...
Mar: ¿Por qué va a matarlo?? ¿Qué pasó??
M: no me preguntes ahora, Marcelo... ¡Vamos por él!
Mar: no, tú quédate aquí. Yo voy por mi hermano. Cálmate y no te preocupes. Todo va a estar bien.
M: por favor detenlo. Evita que cometa una locura.
>>>>>
Ya en la Casa de Servando, recibieron al Ministro de Estado casi que con venia. Cuando lo que él quería era matar a golpes a ese viejo pervertido.
Ser: Esteban... Bienvenido... (Saliendo del estudio)
Esteban se acercó y en vez de responder a la mano extendida, lo tiró al suelo con un golpe.
E: ¡Desgraciado!! ¿Cómo te atreviste a acercarte a mi esposa??
Ser: ¿De qué hablas??
E: ¡Sé que la acosas! ¡Que le has propuesto hasta lo más indecente!
La rabia le permitía gritarle y golpearlo al mismo tiempo, iba muy bien con los puños acertando en la cara, pecho y abdomen de Servando.
Ser: ¿Quién te dijo eso?
E: ¡Lo sé todo, infeliz! ¡Te voy a matar!!
Las sirvientas llegaron al escándalo, pero al ser mujeres no podían detener al hombre alto y fortachón que apaleaba con sus propias manos a su patrón. Por lo que salieron por el chofer y el portero.
Ser: siempre la quise para mí... (Ya mareado de tanto golpe)
E: ¡Pero no es tuya y nunca lo será!
Ser: se van a arrepentir...
E: Si no te mato en este momento, quien se va a arrepentir toda su vida por lo que hiciste, serás tú, ¡Desgraciado!!
ESTÁS LEYENDO
MI DECISION
FanfictionEsteban San Román hace noticia al ser designado Ministro de Estado por el Presidente recién electo... A sus 42 años de edad, casado y con 4 hijos asumía el cargo ganado a base de sus capacidades y sus estudios en ciencias políticas y relaciones int...