Capítulo 33

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Capítulo 33

*** MINISTERIO DE ESTADO ***

Toda la mañana Esteban estuvo reunido con su Viceministro, poniéndolo al día de las actividades y actos a los que tendría que asistir cuando él estuviera de viaje...

Porque como se lo había dicho a María, no cancelarían las vacaciones, les prometió el viaje a sus hijos y a sus abuelos, y por ellos iba a cumplir.

ViMi: te dejo, Esteban...

E: si tienes alguna pregunta, no dudes en hablarme...

ViMi: espero no tener que hacerlo...

E: de todas formas, aquí se queda mi asistente... También mis asesores están a tu entera disposición...

ViMi: disfruta tu viaje, hombre...

E: lo haré... Claro que lo haré...

Pero quizás no lo haría como en un principio lo planeó...

El Ministro jugaba con un lapicero sobre el escritorio, con la mente a años luz de ahí... Queriendo encontrar algún momento en el que él notara el comportamiento inapropiado de Servando...


>>>>>>>>>>>>>>> FLASHBACK <<<<<<<<<<<<<<<<

17 años atrás...

La nueva familia San Román acababa de llegar a la fiesta de cumpleaños del Canciller Fernández.

Una celebración por todo lo alto, con acaudalados invitados.

Esteban sostenía al pequeño Miguel de 4 meses de edad en brazos, al igual que su cuñado, que con su hijo 1 año mayor, los hacían interactuar... Los 2 únicos niños de la celebración. Eran primos y serían amigos, tal como sus padres...

Ant: hace rato que no veo a mi hermana...

E: yo tampoco... Voy a buscarla... ¿Detienes a Miguel un minuto?

Ant: a ver cómo me va con los 2...

Esteban caminó entre los comensales y se entretuvo por segundos a intercambiar palabras con la mayoría de ellos...

Siguió buscando a María y se la encontró cerca del estudio... Aparentemente molesta.

E: ¿Qué pasó??

Ser: María se sintió mal y por poco se desmaya... Yo solo quise ayudarla...

M: no lo necesito.

E: gracias Servando, yo me ocupo de mi mujer... Y disculpa...

Ser: debería ver un médico...

E: sí... La verá... Gracias... (Abrazando a María y esperando que el viejo se fuera)

Ser: con permiso...

E: mi amor, ¿Estás bien...?

M: fue un simple mareo... Pero ese hombre me tocó y no me gustó.

Esteban asoció aquel enojo a los cambios de humor que ya su esposa experimentaba por el nuevo embarazo, claro que nadie más que ellos lo sabían...

E: cálmate... Ya sé que Servando no es santo de tu devoción, pero si no te sostenía, podías caer al piso...

M: lo hubiera preferido... (Abrazándose a su marido)

MI DECISIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora