Capítulo 15

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La piel de Sakura se erizaba a medida que cada poro se contraía tras el avance de los dedos húmedos de Kakashi, rozándola en su lento recorrido de arriba a abajo, una y otra vez. Y no sólo eran sus poros los afectados por dicha caricia.

La tensión superficial del agua era rota por esos redondeado y pequeños pezones que, ahora erectos, generaban ondas perturbando su calma cada vez que el pecho de la joven subía en la respiración.

Kakashi sonrió ante la vista y no pudo resistirse a morderle suavemente el lóbulo de la oreja que quedaba a su alcance haciendo más intensa la provocación.

La pelirosa, recostada sobre el pecho del varón, se removió gimiendo gustosa.

— ¿Qué haces picarón? Dijimos que este era un baño de relajación.

—Y a mí me relaja divertirme contigo.

—A costa mía dirás.

—Da igual — y le rodeó el lóbulo con la lengua, incrementando la contracción de esos miles de poros.

—Kakashi... — suspiró — Mmmm...malo...Te diviertes con-

Su réplica se vio interrumpida cuando uno de sus pezones fue maltratado en un suave pellizco. Ella gimió en gusto y sorpresa.

—¡Kakashi!

—¿Mhm?

—Eso...eso... calienta...

—¿Si? Interesante.

Y le giró el rostro para besarla, reanudado las suaves caricias sobre sus brazos al soltarle la boca. No era que no le atraía la idea de excitarla, pero luego de la doble sesión de sexo en el desayuno y la siesta en el sillón al lado del hogar, en la que no durmieron por lo menos durante la primer hora, realmente quería dejarla descansar.

Se conocía y sabía que podía llegar a ser intenso, y si bien tomaba sus precauciones con ella, la verdad era que tras cada follada se le hacía más difícil mantener su ímpetu a raya. Y menos ahora que ya no existían barreras entre ellos.

El pedido de Sakura de hacerlo al natural lo estaba volviendo loco, y no era por la sensibilidad de la piel contra piel. Si bien admitía que el condón modificaba en un punto las sensaciones, realmente a él no le interfería en nada. Pero el sólo hecho de saber que ella, su niña rosa, quedaba impregnada de él hasta en lo profundo tornaba la experiencia en una insuperable. Ella realmente era deliciosa y su posesividad la reclamaba de tal forma, que ser consciente de que estaría llena de él tras cada orgasmo, tranquilizaba hasta el más recóndito demonio.

Y así era que había accedido a complacerla en el capricho de un baño relajante, que ablandara los músculos sobre exigidos por los fuertes agarres que le aplicaba, o el tiempo que la sometía en determinadas poses. El agua de la bañera estaba a la temperatura justa para ello, manteniéndolos cálidos para la fría noche, y las velas esparcidas alrededor de la tina hacían el resto al conferirle al ambiente ese clima íntimo, tan romántico, tal fuera el deseo de la joven.

—Mmmm... me encanta esto.

— ¿Te gusta que te bañe?

—Que me bañes, me alimentes, me beses, me toques...—se giró para quedar frente a él y tomarle la boca en un beso caliente — Que me folles... especialmente que me folles.

Él se carcajeó sobre esos labios, mordiéndoselos.

—Mmmm...te gusta todo.

—Todo. Todo. Todo. — otro beso en el que su lengua entró luchando contra la demandante del peliplata, la silenció por unos segundos — Todo... lo... que hago... contigo... me encanta.

La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora