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Verla temblando, jadeante con la mirada nublada y los labios abiertos respirando pesado. Verla amarrada, tan vulnerable y a merced de él, con la sensible piel de las nalgas enrojecida por sus latigazos, era una espectáculo que lo tenía en las nubes.
Su propia excitación se mezclaba con los gemidos que la pelirrosa dejaba escapar al observarlo, cuando podía, devorarla con la mirada. Si era verse cada uno excitado por el otro para que la propia libido cayera presa de las intenciones sujetas al capricho y la demanda.
La recorrió minuciosamente, caminando lento a su alrededor, viéndola seguirlo como podía al girar el rostro por donde sus pasos se oían.
Era verla anhelante de que la consolara o castigara, era ver la humedad que comenzaba a manchar sus muslos y sentir que todo iba bien, mejor que bien.
Y sentir ese picor en los dedos por apreciar la vibración del mango de su látigo, al embestir una vez más sobre esas carnes reclamantes de consuelo o brutal atención. Ella jadeó con las piernas abiertas temblando y la decisión fue involuntaria.
Un nuevo azote, multiplicado por cada tira que la acarició con perversidad la dulce piel de la nalga derecha, la tuvo gimiendo en celo. Y fue verla intentar apretar las piernas por el tortuoso placer que hinchó su sexo, lo que tuvo a Kakashi jadeando mientras apretaba su duro falo sobre el pantalón.
—Sensei... dios... sensei... dame... mmmmhf... no...
Se acercó por la espalda tomándole con una mano la quijada por detrás, levantado ese rostro cerca de su oído mientras pegaba las estrechas espaldas a su torso.
—No que, ¿pequeña?
—No...— balbuceó tragando duro, la saliva alivianada la llenaba, y fue sentir la dureza del varón contra las nalgas ardidas la que la orilló al límite una vez más — Mmm... quiero...llegar..
Él carcajeó gustoso, con voz oscura de goce. Sabía lo que le estaba pidiendo. Y fue escucharla gemir una vez más y soltar el látigo tomándole la boca en un beso desesperado, mientras que con la mano libre ya atendía la zona maltratada.
Las sensaciones que recorrieron a Sakura en ese instante, fueron abrumadoras. Sentía que el climax estaba cerca aun cuando él no la tocara en los puntos necesarios para ese placer. Todo su cuerpo se tensaba focalizándose en su entrepierna. Y Kakashi lo leyó.
La mano que atendía su nalga se deslizó hacia el frente, hasta el depilado pubis, para castigar con movimientos circulares pero frenéticos el hinchado clítoris. Los gemidos de placer de la joven se perdían dentro de la boca del varón, porque nunca soltó el beso con el cual le penetraba la boca. Y bastaron solo pocos segundos para hacerla explotar en un fuerte orgasmo que bañó la mano que la atendía.
Kakashi le sonrió de lado soltando el beso cuando la sintió relajarse al fin. Se alejó juntando el flogger del suelo para dejarlo sobre la cómoda otra vez, y luego aflojó las sogas que le sostenían las piernas permitiendo que las pudiera cerrar mejor y descansaran los músculos que aferraban.
Repitió el proceso en las cuerdas del torso, para permitir que quedara de pie enderezándose, aún colgando y sostenida por ese agarre, pero ya sin forzarle la pose anterior.
Ella suspiró y apenas si levantó la cabeza para verlo cuando él se situó frente a ella acariciándole el rostro.
—¿Estás bien?
Ella asintió.
Y la besó elevándole el rostro. La fijó a sus ojos cuando se separó. Aún estaba excitada. Aún estaba procesando todo lo que acababa de pasar. Pero seguía expectante.
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La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]
RomanceDesde que Sakura se convirtiera en su alumna, nunca le fue indiferente. Había algo distinto en ella que lo cautivaba y que lo llevó a bregar por su bienestar toda la vida. Hasta que un suceso lo obligó a utilizar otras formas menos convencionales d...