Capítulo 36

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Kakashi observaba de reojo a su ex pupilo, sentado a la derecha en la larga banca de la sala de espera a cirugía, llevaban ya más de una hora aguardando novedades de Sakura.

Karin había entrado al quirófano cerca de la media noche para practicarle una cesárea de urgencia, ya que no dilataba y las escasas fuerzas de la mujer ya casi la abandonaban. El rostro de Sakura era profesional al anunciarse a Sasuke, transmitiendo seguridad y calma al familiar del paciente, pero una corta mirada al peliplata ubicado un paso detrás de este, le dijo todo. El asunto venía complicado.

Kakashi no acotó nada a la breve charla. Sólo asintió con el ceño contraído y se concentró en apoyar al Uchiha, aunque sabía que con este las palabras estaban de sobra.

El pelinegro suspiró echándose hacia delante al tomar una rodilla. Segundos después, la ansiedad por demás contenida lo llevó a apoyar las espaldas en el respaldar al tiempo que se frotaba el rostro varias veces intentando calmarse.

—Está en buenas manos. Las mejores —acotó Kakashi con su tono calmo, pero no menos firme, sin levantar la vista del icha icha que le regalara Sakura, al que ya releía por tercera vez aunque su mente no estuviera entre medio de las letras.

Porque estaba en su cama, horas atrás, cuando la joven se confesara clara y directamente, sin darle ni el mínimo margen para huir o cambiar de tema. Y los nervios le anudaban el estómago. Ese nudo incómodo e insoportable que le enojaba, uno que hacía años luego de la cuarta guerra shinobi, que no sentía.

Y lo odiaba. Porque estaban en esa situación por su culpa. Por su incapacidad para anticiparse a esa declaración, o tan sólo manejarla de forma diferente. Sakura no era una más a descartar.

Y se odiaba. Eligiendo ese sentir para no reconocer lo aterrado que le hacía sentir la pequeña mujer de cabellos rosas.

—Lo sé —respondió al fin el Uchiha, levantando la mirada hacia el reloj por enésima vez en el transcurso de algo más de diez minutos.— Sólo que... —y suspiró antes de ponerse de pie caminando unos pasos hacia la puerta vaivén que comunicaba la sala, con el inicio del ala quirúrgica.

—No vas a lograr nada poniéndote así. Tú, mejor que nadie lo sabe.

—Sí —respondió sin voltear y sin moverse del lugar o intención.

Y Kakashi lo entendía. Dentro de ese quirófano no sólo se encontraba la mujer que ese muchacho había elegido para formar una familia, sino que también estaban sus hijos viniendo al mundo, con la incertidumbre y el miedo gestándose por el silencio de una situación que se debatía entre la vida de la desolación completa. Él más que nadie entendía eso. Y le aterraba, llevándolo a tomar las peores decisiones.

Unos pasos lejanos pero rápidos, provenientes de detrás de la puerta, rompieron la monotonía de la solitaria sala. Sasuke se inclinó hacia delante, conteniendo las ganas de atravesarla, y Kakashi simplemente se puso de pie, yendo hacia a su lado deteniéndose un paso atrás.

Sakura se acercaba, no podía verla pero claramente la sentía. Y su propio corazón se desbocó en la espera del encuentro. Él no aguardaba novedades, pero sí ansiaba verla.

La cabellera rosa apenas si asomó por las ventanas circulares de las puertas cuando se detuvo detrás, dejándola ver por completo en el instante que abrió ambas hojas lo suficiente para pasar.

Lucía hermosa con su cabello recogido en una coleta suelta, la bata blanca de médico puesta por sobre la chaqueta y pantalones verde agua de cirugía. Su semblante denotaba cansancio pero no agotamiento. Y eso le aliviaba. Ella estaba bien.

No cruzó miradas con Kakashi, su atención cayó directamente sobre Sasuke, quien estaba demasiado estoico para lucir natural. El joven se contenía a fuerza de pura voluntad, era por demás evidente, tanto para su ex sensei como para su compañera de equipo, pero nadie diría nada.

La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora