—Así que ahora, tranquila. Está todo bien, ¡más que bien! Y va a seguir así.
Karin asintió dándole un breve apretón de agradecimiento a la mano que Sakura tenía apoyada a su lado, antes de soltarla para tomar la de Sasuke que, desde el otro lado de la cama, la miraba con notable ternura en sus ojos.
—¿Escuchaste? Vamos a tener otro bebé más.
Él le sonrió dulcemente con una pequeña sonrisa, pero una sumamente cariñosa. Lucía ¿emocionado?
Sakura lo observó por unos instantes. El cambio en el ninja era increíble. Jamás lo había visto tan amoroso con alguien, y se lamentó por un breve segundo de que ella no hubiera obtenido aunque sea una milésima parte de esos gestos durante el tiempo que estuvieron juntos.
Pero no le reprochaba. Él y lo que hubieran tenido eran parte de su pasado, uno que debería haber sido mejor pero que ahora sabía que no pudo ser de otra forma. Y estaba en paz con eso, alegrándose de que al fin él hubiera encontrado en Karin a la persona que era mejor para su vida, y a la que le estaba brindando una mejor versión suya.
Respiró hondo soltando sus cavilaciones.
—Bueno, Karin, a partir de mañana comenzaré con las inyecciones de chakra para acelerar su desarrollo.
—Gracias Sakura. Gracias. Por... todo.
—No es necesario que me agradezcas. Para eso estamos los médicos. — buscó con los ojos a su compañero —Y, Sasuke, ahora la cuidas. — le advirtió.
Él asintió sin desviar la atención de la mujer que sostenía con sus manos fuertemente la de él. La acariciaba con la mirada y Sakura podía jurar que, si hubiera tenido el otro brazo intacto, le estaría recorriendo con los dedos el rostro tal como lo hacía con sus ojos.
Se notaba que la quería. Y eso la tranquilizaba. Esos niños tendrían un padre fuerte, un ninja legendario, y presente.
Sakura les brindó una breve sonrisa y se despidió retirándose rápidamente de la habitación para organizar sus siguientes consultas. Si mal no recordaba, Seiyi estaría allí en veinte minutos.
Suspiró acelerando el paso hacia su despacho privado, en donde lo había citado para mantener la mayor reserva sobre el caso. El agente era un hombre que no pasaba desapercibido ante nadie, menos ante las féminas, y no quería tener a las enfermeras averiguando sobre él. No hasta tener en su poder los resultados de lo que le extrajera durante la última intervención, y hablar al fin con el Hokage.
—¡Sakura! Espera.
El llamado de Sasuke la frenó en medio del pasillo, y giró en su encuentro apreciando la mueca de dolor que esbozó el Uchiha cuando detuvo el paso a su lado.
Sakura contrajo el ceño al verlo tocarse el costado. Sasuke no era de los que demostraba el dolor físico. En realidad, no demostraba nada, únicamente su furia. Aunque, lo que observara dentro de esa habitación instantes atrás, le daban un indicio de que estaba cambiando y ya no podía dar nada por hecho. Le gustaba ser testigo de una versión más humana de su compañero de equipo.
—¿Te sucede algo? — le dijo señalando el lado que se tocaba.
—No es por mí. Quiero hablarte de Karin.
—Sí. Dime.
—En privado.
Realmente los pasillos estaban atestados, a pesar de que esa era un ala nueva, así que entendió el pedido de su compañero.
—Ok. Vamos a mi despacho y hablamos más cómodos. Sígueme.
Ambos se encaminaron rápidamente hacia el ala antigua del hospital, no siendo del total agrado del Uchiha el cual tuvo que calmar su andar en un par de ocasiones, disimulando la molestia física tras actos de respeto al brindarle paso a otros médicos o enfermeras.
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La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]
RomanceDesde que Sakura se convirtiera en su alumna, nunca le fue indiferente. Había algo distinto en ella que lo cautivaba y que lo llevó a bregar por su bienestar toda la vida. Hasta que un suceso lo obligó a utilizar otras formas menos convencionales d...