Las manos de Sakura sudaban dentro de sus bolsillos. Sentía los dedos helados y húmedos, inquietos que se apretaban en puños para soltarse segundos después. El abrigo no le quitaba el frío que cada tanto la recorría estremeciéndole la espina, aun cuando ya estuviera dentro de la templada sala de espera de la Torre del Hokage.
La joven genin, quien oficiaba de cadete de Shikamaru durante la emergencia,y fuera la encargada de ir por ella cuando el hokage la precisara; la observaba dedicándole pequeñas e ilusionadas sonrisas cada vez que cruzaban miradas, mientras aguardaba en la misma sala por nuevas directivas. Y de verdad, Sakura quería responderle con un gesto que alentara esas ganas de superación, que sabía que su persona representaba para las niñas; pero no le salían, o no como le hubiera gustado. Se sentía exhausta, ansiosa por entrar a esa oficina de la que salían murmullos nerviosos de voces masculinas. Kakashi estaba reunido con Sasuke, por lo que llegaba a oír, y también Shikamaru, a quien había visto entrar con un semblante serio minutos atrás. Se oían a otros hombres, uno con una voz profunda y firme, que sobresalía del resto recordándole a Seiyi, y cuando consideraba siquiera que quizás cruzaría en breve miradas con su apuesto paciente, los nervios le helaban aún más los dedos.
Recordar cómo había respondido a él en medio de ese frenesí, le preocupaba. Aun cuando toda la atracción que tanto le había excitado se hubiera opacado por el preciso desempeño de su sensei, quien había desplegado la dominación que ostentaba de forma tan exquisita y brutal, por primera vez con ella, que en un punto de la noche llegó a creer que su cuerpo ya no podía procesar una sensación más. Pero aun así, en los momentos durante la sesión en los que no pudo evitar cerrar los ojos abrumada por placer del caliente toque de Kakashi, esos profundos ojos negros que destelleaban a perla se colaban indiscretos entre sus pensamientos, intensificando el goce que anidaba en su centro.
Se desconoció a sí misma esa noche, considerando que tal vez ese sentir no pudiera ser otra cosa más que la adrenalina del descaro, encasillándolo en todo lo indebido que podía ser. Pero no era eso lo que la atormentaba, sino que no tenía la mínima intención de corregirlo. El morbo de ese juego la tuvo explotando en sus orgasmos como nunca antes había experimentado. Aun cuando ello fuera tan solo una idea, porque era siquiera fantasear con que Seiyi continuaba observándola mientras su sensei la follaba, para que le fuera imposible contener los deliciosos temblores que la tenían suplicando al amo que la sometía, por más.
Y le ponía nerviosa. Porque seguramente estarían ambos allí, el cargo de Seiyi ameritaba su presencia para la situación que les acontecía, y no se sentía con las fuerzas suficientes para enfrentarlos, aun cuando el asunto que los reuniera no fuera más que sus profesiones y la emergencia de un ataque brutal.
—¿Sakura? —La voz de Shikamaru la sacó de su ensimismamiento. Alzó la vista incorporándose de la pared al frente de la entrada a la oficina, que le diera soporte para descansar durante la espera. —Pasa.
Ella asintió y echó a andar bajo la mirada de un Nara que le reclamaba por su estado aún sin decir nada.
—Estoy bien —le dijo al pasar a su lado, mientras se retiraba el abrigo, tal como el protocolo demandara.
—Sí, claro.
Ambos entraron. Ella primero, mirando hacia el frente, sin hacer real contacto con nadie, aunque recorriera de reojo a todos los presentes.
Sasuke hablaba con Kakashi, de pie a su lado, asintiendo ante cada precisa instrucción que este le brindaba.
Al otro lado del escritorio, de espaldas a ella, Seiyi recibía rollos de documentos desde un ANBU que portaba su máscara de perro y una venda en el antebrazo derecho. Seguramente era el integrante de uno de los grupos atacados.
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La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]
RomansaDesde que Sakura se convirtiera en su alumna, nunca le fue indiferente. Había algo distinto en ella que lo cautivaba y que lo llevó a bregar por su bienestar toda la vida. Hasta que un suceso lo obligó a utilizar otras formas menos convencionales d...