Seiyi corría cargando entre sus brazos a una inconsciente y malherida Sakura. No contaba con las ventajas de un contrato atándolo a una gran invocación que le permitiera avanzar más rápidamente. Lo suyo eran sus piernas y su terrible resistencia física.
Mientras hubo árboles, avanzó saltando. Ahora sólo le quedaba correr.
—¡Resiste hermosa! ¡Resiste! No se te ocurra dejarnos.
El ataque había sido brutal. Las fuerzas que Kakashi envió redoblando la apuesta, lo habían manejado bien, logrando reducir las filas enemigas con bastante rapidez y tomando más prisioneros, esta vez de jerarquías más altas. Pero se vieron obligados a matar al resto. El odio y la violencia que estos sujetos demostraban ya rayaba la intolerancia, como si estuvieran enajenados, descargando esa bestialidad en los ninjas más jóvenes con menos experiencia, y en los médicos que concentraban su atención y destreza en salvar a los suyos, corriendo una suerte parecida a los caídos del lado contrario.
Las bajas fueron grandes entre las filas de Konoha. Los heridos por las varas comenzaban a desfallecer como moscas hasta que Sakura invocara a Katsuyu multiplicándose para mantenerlos vivos hasta que ella lograra desplegar el negatiboru por ese mismo medio, atendiéndolos a todos por su propia mano.
Y lo estaba logrando, hasta que un grupo la identificara y desviaran la atención de su ofensiva únicamente a ella y a bajar a cualquiera que se impusiera en su camino hacia la chica. La furia y determinación de ese ataque rayaba el sadismo. Y se notaba que conocían el poder y manejo de chakra de la chica, la habían estudiado, y parecían que veían al diablo cuando la miraban, justificando cualquier acción que los llevara a dañarla.
Seiyi lo vio venir antes de que la mayoría de los insurgentes siquiera lo notara, armando estrategias defensivas con el equipo especial que lo acompañaba, momento en el que se revelaron como protectores de la joven, rodeándola con él al frente. Dieron lo mejor y lograron reducir a un tercio del grupo de ataque, perdiendo la vida en el proceso. Sólo uno quedó en pie, uno de los hombres del Lev, malherido y casi ciego por la sangre que emanaba de la gran herida de su cabeza, luchó con todas sus energías, quedando admirado de la fuerza de la pequeña mujer mientras batallaba, la cual herida y con el taijutsu activado utilizó una de las babosas para salvarlo.
Y quedó él. A él no lo reducirían tan fácilmente, no mientras la protegiera. Utilizó el genjutsu evitando que la tocaran y reduciendo a más de la mitad del grupo que se venía sobre ella, cuando sólo quedaron ellos, brindándole el tiempo que Sakura le pedía para salvarlos a todos. Se negó, le gritó, intentó persuadirla para sacarla de ahí, pero la determinación de la joven terminaría matándolo sino cedía a sólo protegerla. Y tomó esa decisión, quedando espalda contra espalda.
Lucharon mano a mano, dando lo mejor mientras ella mantenía activa la invocación sanando tejidos y aplicando el chakra negativo por medio de las babosas.
Lo que hiciera fue asombroso, gracias a ello sobrevivieron los suficientes ninjas para voltear el resultado de la batalla a su favor y liberar nuevamente a ese poblado que funcionaba como punto estratégico para moverse al resto de la zona.
Pero todo lleva consigo una excepción y ese fue el pequeño muchacho que se coló e hirió a Sakura con un kunai, muy cerca de su corazón. Quería matarla y se escabulló tan bien entre medio de los cadáveres de sus compañeros caídos, que nadie notó su presencia hasta que la chica emitió un grito ahogado en sangre. La sonrisa de victoria pronto se le esfumó del joven rostro, cuando la última imagen que pudiera apreciar fuera la furia en los ojos desencajados de Seiyi, quien la descargó brutalmente sobre el cuerpo del pequeño soldado, reduciéndolo a meros trozos de lo que instante atrás era un insurgente.
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La última lección de Sakura [+18] [Kakasaku]
RomanceDesde que Sakura se convirtiera en su alumna, nunca le fue indiferente. Había algo distinto en ella que lo cautivaba y que lo llevó a bregar por su bienestar toda la vida. Hasta que un suceso lo obligó a utilizar otras formas menos convencionales d...