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Ig: @vero.nez.x

Cuando los días son fríos
Y las cartas ya han sido puestas sobre la mesa
Y los santos que vemos
Están todos hechos de oro

Cuando todos tus sueños fallan
Y los que aclamamos
Son lo peor de todo
Y la sangre se pudre

Quiero ocultar la verdad
Quiero abrigarte
Pero con la bestia en el interior
No hay donde escondernos

No importa lo que criamos
Aún estamos hechos de codicia
Esta es la llegada de mi reino

Cuando sientas mi calor
Mírame a los ojos
Es donde mis demonios se esconden
No te acerques tanto
Es oscuro aquí dentro
Es donde mis demonios se esconden.

Imagine Dragons - Demons.

"-Vas a contarnos ahora mismo todos tus secretos, se acabó el misterio, se acabaron los secretos de Anelís. Quiero la verdad ahora."

Esas palabras de Gad me calaron profundamente.

Luego de unos minutos de silencio donde me intentaba convencer a mi misma de confiar en ellos, de hablar con toda la verdad y terminar con toda esta mierda, el timbre sonó anunciando la llegada de alguien. Fruncí el ceño y allí me di cuenta de que no tenía ni idea de donde estábamos.

Gareth salió de la habitación con dirección a la puerta, Gad se encontraba frente a mi con la mirada fija en el suelo, totalmente pensativo.

-¿Dónde...

-En una casa privada que compramos Gareth y yo hace unos años. Además de nosotros, solo Gaius sabe la dirección, nadie más vendrá.

-¿Y quién tocó el timbre?

No respondió, justo en ese momento entraron Gareth y un señor algo mayor con una bata blanca y un maletín. Allí entendí que ellos si se habían preocupado por mí.

-Buenas noches, señores Genovese. Señorita, soy el doctor Gómez y me llamaron para hacerle un chequeo y asegurarme de que todo estuviera bien, si les parece necesito estar a solas con la paciente y comenzar cuanto antes.

Observé a los chicos dejándoles el mensaje claro.

«Salgan»

Un pequeño regaño del doctor luego de que refunfuñaran, principalmente Gad, fue suficiente para hacerlos salir de la habitación. No sin antes hacerme saber que tan pronto como el chequeo acabara, hablaríamos.

**

-Eso sería todo por hoy, recuerde tomar las pastillas que le receté e ir a la clínica lo antes posible. Debemos asegurarnos que todo esté bien y confirmar su diagnostico con un análisis de sangre, ¿lo entiende?- Me pregunta por tercera vez el doctor mientras guarda de nuevo en su maletín todos los instrumentos que empleó.

-Si, doctor. Muchísimas gracias por todo y le prometo que iré a penas pueda- Le sonreí forzadamente y él pareció notarlo.

-Y recuerde- Giró su cabeza hacia la puerta de la habitación viendo como allí se encontraban dos de mis chicos, se acercó a mi y susurró para no ser escuchado-, el o los padres deben saberlo.

Sin esperar respuesta, me regala una sonrisa y se dirige a la salida, los chicos lo ven con el ceño fruncido y luego sus miradas pasan a ser la misma pero esta vez sobre mí pero intento ignorarlos.

Ya no puedo retrasarlo más.

-¿Qué te ha dicho, Anelís? No ha querido contarnos nada.

-Vayamos por partes- Sé que si Gael y Gadiel estuvieran aquí, se habrían reído por mi referencia a Jack el destripador-. No más secretos de Anelís, ¿recuerdas? Pero al menos déjame decidir a mí el orden en el que los revelo.

Suspiré resignada y ellos me veían esperando por lo que sea que fuera a decir.

-El día en el que les conté que asesiné a mi madre, o eso creía, también les hablé de una carta que ella había dejado. Sin embargo, no les dije lo que decía exactamente esa carta. En ella me hablaba de mi padre, siempre lo retrataba como el culpable, me hacía creer que él nunca se interesó en mí y simplemente me abandonó. Pero además, me habló de la familia del hermano de él...

»Los Genovese. Una relación poliamorosa entre tres hombres y cuatro mujeres, todos eran padres de seis atractivos chicos y además eran los culpables de que mi crianza no fuera la de una niña normal. Ella estaba obsesionada, nunca llegó a decirme por qué se supone que ustedes tenían la culpa y yo nunca pregunté por no ganarme más castigos. Gracias a ella fue que luego de su muerte yo aparecí aquí, mi deber era seducirlos y asesinarlos. La primera parte la cumplí, sin embargo, como no fui capaz de llegar al segundo paso, ella decidió intervenir.

-Que fue cuando la sirvienta entró en acción, ¿cierto?

-Mi hermana- Posé mi mirada en ellos y se notaron confusos-. En el psiquiátrico me enteré que la sirvienta a la que le corté una mano, envenenó a Gadiel y luego se suicidó, era mi hermana.

Silencio.

Todo era una mierda.

-Adeline Piere tiene la extraña manía de querer hijos que no son suyos, ella cree que no soy suya. Rexan me confesó que mi madre piensa que soy una bastarda de mi padre y la hermana de Galia. La verdad de todo esto es que la hermana de Galia murió antes que ella y nunca conoció a mi padre puesto que estuvo toda su vida internada en un psiquiátrico en Francia, mi madre le hizo creer a mi padre que morí luego de uno de sus castigos, por eso él no supo de mi hasta ahora, gracias a alguien muy cercana a ustedes que le ha estado pasando información y a la cual deben de proteger.

-¿Qué mierda dices, Anelís? Habla. No mientas ni digas verdades a medias.

-No miento, no más. Y las cosas a medias no son lo mío, tal vez es por ser Escorpio. Lo quiero todo, es eso o nada.

Gareth se acercó a la cama recostándose en el cabecero frente a mí, mientras Gad seguía de pie con los brazos cruzados y totalmente tenso.

-¿Quién demonios ha estado comunicándose con tu padre a escondidas?- Sonreí sarcásticamente.

-Tienen una madre con madera de actriz, es impresionante.

-¡Habla de una puta vez, Anelís!

Vi a Gad a los ojos antes de hablar.

-Hera y mi padre se conocen desde niños. Cuando él me perdió y cayó en la locura, ella le prometió ayudarlo a dar conmigo, a recuperarme.

Un golpe seco sonó en la habitación. Gad cayó de rodillas frente a mí y sus ojos se aguaron; lo sabía. Él era la luz de los ojos de Hera y viceversa, él no aceptaría tan fácil su mentira.

-Deben protegerla, Rexan quiere dañarla para no arruinar sus planes pero ella por mucho que haya metido, solo intenta ayudar...

-Ella no, mi madre es la única en esa casa que no está loca, que no miente y no es dañina- Me interrumpió Gad. Lo tomé entre mis brazos como a él se le había hecho costumbre tomarme a mi. Recosté su cabeza en mi pecho mientras lo acariciaba-. Es una madre peculiar por aceptar lo que hacemos pero es así porque nos ama, sin embargo, ella nunca sería capaz de...

-Estoy embarazada- Solté de forma abrupta. Creí que lo ignorarían y la situación con Hera sería más importante.

-¿Tú... ¡Qué?!- Gareth gritó aún sin verme y luego hizo algo que no me esperaba; comenzó a reír a carcajadas. Su risa era totalmente desquiciada, tanto que Gad decidió interrumpir.

-Gareth...- Otro golpe seco.

El imbécil se había desmayado.

Los secretos de Anelís. +18✔️ || Bilogía Secretos I [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora