25.

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Ig: @vero.nez.x

Say my name.
All I wanna do is hear you scream in pain.
Say my name.
I promisse I'll love you if you do it.
So do it for me.

Do it for me - Rosenfeld.

Un ardor en mi abdomen me hizo despertar totalmente confundida. ¿En qué momento me dormí? Intenté levantarme y algo me impidió mover los brazos.

Cadenas.

No podía verlas pero si las sentía y en mis tobillo tenía unas también.

Me encontraba en ropa interior en una cama muy grande y con sábanas blancas. Observé a mi alrededor y máquinas medievales de tortura se hallaban ante mí. Sentí que los ojos se saldría de mi rostro.

-Gaius y un amigo suyo las coleccionan y las almacenan aquí- Giré y lo reconocí a pesar de mi vista borrosa-. No debiste intentar lastimarlo así.

-Gadiel, déjate de juegos y suéltame. ¿Cómo coño me dejaste así?

-Un pequeño sedante en tu cena, somos los jefes de los empleados, eso incluye a los cocineros. Y, considerando que le hablaste muy mal a Gad, esto no es nada.

-¿Por qué tengo esperma de vela recién seco en mi abdomen?

-Porque me aburrí mientras esperaba que despertaras y que él llegara.

-¿Quién? ¿Gad?- En ese momento, el mencionado entró a la habitación luciendo como tanto me encantaba, justo como la otra noche. Detrás de él entraba Gael quién también se quitó la camisa a la par de Gadiel. Cerraron la puerta de un tirón y se detuvieron frente a mí con expresiones neutras.

Los gemelos se quitaron los cinturones de sus pantalones y los arrojaron hacia un lado.

-¿Por qué mientes, Anelís?- Mi confusión aumentó. No entendía a que se refería- ¿Por qué buscas lastimarme con tus mentiras? ¿En serio pensabas que te creería eso de que te doy lástima?

-No mentí- Intenté sonar convincente, no podía estar pasando esto.

-¿Sabes?- Comenzó a caminar hacia un costado, de una mesita tomó la vela en un cilindro en el que se acumulaba el líquido caliente- Cuando mientes sueles ver fijamente a los ojos, porque no muestras remordimiento al hacerlo; te convences tú y convences a otros. Pero, cuando eres sincera...- Comenzó a vaciar el cilindro en mi pecho, justo entre mis senos, haciéndome jadear- Cuando eres sincera evades las miradas, porque odias que vean lo que verdaderamente sientes. Porque no quieres que te vean vulnerable.

Hizo un camino hasta el dobladillo de mis bragas y se detuvo. Lo observé fijamente.

Me jodía.

Me jodía profundamente que conociera algo tan importante para mí, algo relacionado con mis mentiras. Podría fácilmente negar ello pero él se daría cuenta de que no es así.

-¿Qué piensas hacer? No iba a dejar que me reclamaras por nada, no somos nada- Remarco la última palabra y eso lo hace apretar los dientes.

-No necesito que me digas quién o qué soy en tu vida para saberlo- Peina su cabello hacia un lado-. Y sobre lo otro, te daré una palabra de seguridad. Si quieres detener esto definitivamente, puedes decir la palabra negro y serás liberada, estarás lista para irte de aquí.

-Pero, si no dices nada...- Comienza Gael.

-No habrá retorno- Termina su gemelo.

Me mantuve callada. Podía ser algo estúpido pero me excitaba la idea. Una parte de mi quería decir la palabra y largarme; la otra parte, la orgullosa, soberbia y ninfómana, quería que me quedara a ver hasta dónde eran capaces de llegar.

-¿Esa es tu respuesta? Bien. Te lo dije, Anelís. Te dije que serías mi diosa, pero también serías mi puta.

Los gemelos presionaron un botón y las cadenas se alargaron un poco. Creí que me soltarían pero Gad me tomó de la cadera y me hizo girar quedando en cuatro, se aferró a mi y pude sentir su hombría dura contra mi trasero.

-¿Alguna vez lo haz hecho anal, preciosa?- Susurró en mi oído. Asentí levemente con la cabeza, su cuerpo y su olor me tenían en un trance- Pues hoy no te tendremos compasión, porque no la mereces, Anelís.

Sentí su lengua recorrer la cara interna de mi muslo hasta posarse en mi entrepierna sobre mis bragas. Su mano impactó contra una de mis nalgas haciéndome gemir por lo bajo. Luego, esa misma mano se perdió entre mis piernas tocando mi humedad. De un tirón rompió mis bragas y sus dedos se adentraron en mi.

-Joder, Gad...- Su mano libre empujó mi cabeza hacia adelante, haciendo que quedara presionada entre ésta y la almohada, lo sentía aún más y sin poder moverme, la desesperación se apoderaba lentamente de mí.

Sentí un líquido regarse en mi trasero y luego unas manos esparcirlo más.

-Voy a tomar tu culo, Anelís- La voz de Gad sonaba tan fuera de sí, tan ronca y excitante.

La mano que estaba en mi cabeza la liberó y fue a parar a mis muñecas aprisionándolas. Comencé a levantarme un poco hasta que sentí su intromisión. Dolía como la mierda pero su mano en mi clítoris nublaba todo el dolor.

-Maldita sea, estás tan estrecha- Sin esperarlo, introdujo lo que quedaba de una embestida provocando que soltara un chillido-. Dime, ¿quieres que pare?

-Hazlo y amaneces muerto- Eso lo hizo soltar una risa ronca.

-Mira como los tienes- Giró mi rostro hacia los gemelos quienes acariciaban la punta de sus pollas ya fuera de sus boxers, se me hizo agua a la boca de solo verlos-. Mira sus ojos- Comenzó a embestirme fuerte mientras yo gemía sin reparo alguno-, nos tienes con hambre de ti.

Otro azote. Me penetraba de una forma dolorosamente exquisita. Yo era masoquista y él lo sabía perfectamente, le gustaba y lo aprovechaba. Comencé a moverme yo buscando más fricción, sus dedos se movían ágiles y eso me enloquecía.

-¿Sabes, preciosa?- Aumentó sus movimientos haciéndome blanquear los ojos, lo sentía tan cerca- Esto no es sano, ninguno de nosotros lo somos... Pero tú tampoco lo eres.

Se inclinó escondiendo su rostro en mi cuello y pasando su nariz por él. Sentí sus dientes mordiquearlo un poco y luego chupar fuerte.

Solté un chillido dejándome ir en sus dedos mientras sentía como su miembro se hinchaba en mi interior y luego expulsaba todo, saliendo de mí y llenándome de él.

Caí exhausta en la cama y sentí como se levantaba. Gad sabía complacerme.

Sin embargo, sin esperarmelo, otros brazos me levantaron y sentí como entraban en mí de una estocada.

-Mierda- Su risa resonó en mi espalda.

-Al fin puedo sentir tu húmedo coño, preciosa.

-Más te vale que sepas complacerme, Gadiel- Gael se posicionó frente a mí con su polla a centímetros de mi boca.

-Sabes como nos gusta, ya una vez nos viste- Sonreí recordando y lamí su punta viéndolo fijamente, sus ojos se oscurecieron más por el deseo-. Amas tentar al diablo, Anelís.

El primer movimiento me hizo temblar las piernas y Gael golpeó mi mejilla con su miembro, lo introduje en mi boca y Gadiel volvió a embestir con fuerza.

Mi humedad chorreaba y mis paredes vaginales se contraían a su alrededor haciendo que él acelerara sus movimientos mientras mi lengua recorría la longitud del otro gemelo. Sus roncos gemidos solo aumentaban mi excitación y lo sensible que me había dejado Gad me hacía temblar más ante sus caricias.

-Te sientes tan bien, joder- Gael tiró de mi cabello y Gadiel dio un leve azote sobre mi clítoris haciéndome soltar un chillido. Esto podría no ser sano, pero nos encantaba consumirnos así-. Eres tan nuestra...

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Lamento estar tan perdida y además escribir capítulos cortos, les traje otro para compensarlo. He estado con muchos exámenes porque lamentablemente no vivo de escribir en wattpad (ojalá) pero quiero decirles que en serio agradezco el apoyo que nos han dado tanto a la historia como a mí. Son lo mejor que tengo💖

Los secretos de Anelís. +18✔️ || Bilogía Secretos I [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora