Los secretos de Anelís. +18✔️ || Bilogía Secretos I [TERMINADA]

EXTRA 4.

Ig: @vero.nez.x

Los demonios vienen de noche y traen el final.
Los demonios son el mejor amigo de una niña.

Los demonios cobran vida y toman el mando.
Los demonios son el mejor amigo de una niña.

Powerwolf - Demons are a girl's best friend.

Gareth.

Torturas.

¿Qué son?

¿Son buenas o malas?

Yo lo sé; son excitantes.

Me ayudan a escapar de la realidad, a descargar mi ira y los sentimientos que no tengo ni puta idea de como enfrentar. No me criaron para esto, no me criaron para sentir y ahora me siento estúpido y a la expectativa, es asqueroso sentirse así.

Sentir atracción hacía alguien es una cosa, que te corresponda es otra. Pero sentirte atraído por una hija de puta como lo es Anelís es el colmo, es de esas mujeres de las cuales no esperas caricias, salidas al cine o cenas románticas, por una parte lo amaba porque me parecía jodidamente ridículo hacer eso.

Anelís era la chica a la que le demostrabas tus sentimiento follándotela duro en cualquier esquina de la casa, o incluso fuera de ella, haciéndola sentir que tiene el poder de controlar a todos y todo. Más de una vez nos lo había dicho, con ella era todo o nada.

Limpio mi sangre del látigo y lo cuelgo junto a los demás, tomo mi camisa negra y me la pongo ignorando el escozor en mi espalda para salir de allí y acompañar a Jason a la salida.

Estas torturas semanales son parte de mi terapia, y son lo que más me gusta de ellas.

-Cada vez pides más sangre, ¿ocurre algo que se escape de tus manos?- Menciona Jason de pie junto al portón de la salida. Era de las pocas personas que había entrado en mi vida pareciendo normal y que no juzgaba. Lo había conocido en el psiquiátrico de Rexan luego de que su padre asesinara a su madre e intentara acabar con él también. Por desgracia o por fortuna, solo tuvo algunos traumas y una enorme cicatriz a lo largo de su perfil izquierdo que continuaba por su pecho hacia abajo.

Pero al menos estaba vivo. Era tan... normal, que me sorprendía que nos lleváramos bien.

-En mi puta vida solo ha habido algo que se escapa de mis manos y espero controlarlo pronto o estallaré- Lo observé a los ojos-. Así que prepárate para el lunes porque quiero el doble, necesito el doble.

Él bufó intentando aguantar la risa, sin embargo, terminó soltando una carcajada.

-Así se empieza, ya luego te veré con un anillo en el dedo y cargando una pañalera rosa de una niña rubia y posiblemente con ojos verdes- Dejó una palmada en mi espalda-. Desde ya me pido el puesto de padrino.

Lo observé serio. Lo habría pensado muchas veces pero el papel de padre no podría ser mío, incluso Gavin y los gemelos serían mejores padres que yo. Yo era una mierda y punto, no quería tener a un hijo con ataques de ira o sentimientos incontrolables, Anelís tampoco era una buena figura materna, menos aún cuando no tuvo ninguna correcta.

El claxon de un auto me sacó de mis pensamientos y me di cuenta de que ya había llegado el chofer de Jason, chocamos nuestras mano y salió totalmente de los jardines de la mansión. Lo despedí con una mano al aire cuando observé el auto arrancar, al menos dejamos el tema de conversación que no llegaría a ningún lado.

**

-¿Otra vez en el sótano?

-Tienes tiempo sin ir, Jason estuvo preguntando por ti.

-Ya no lo necesito- Reí ante la afirmación de Gad-. ¿Qué?

Di el último trago a la botella de whiskey y la lancé contra la pared, al menos estábamos en nuestra casa privada.

-No sabía que ahora te automedicabas, ¿desde cuándo supuestamente no lo necesitas?- Él rodó los ojos por mi tono sarcástico. No me discutiría, sabía que no estaba en mis cabales- Ah, déjame adivinar. Se trata de una rubia, ojos azules, grandes tetas y un coño exquisito.

Vi su mandíbula tensarse pero no me importó, de solo pensar en Anelís de esa forma sentía como mi miembro comenzaba a despertar. Era una perra pero yo no era ciego y mi cuerpo la conocía.

-Gareth, ya basta. Estás borracho y me estás dando ganas de partirte la cara.

-¿Sabes que me gusta más de ella?- Apretó los puños y lo ignoré- Cuando siento la humedad en su coño al penetrarla, lo estrecha que es, mientras magreo sus tetas. Joder...

La erección bajo mi pantalón dolía y no me importaba si Gad la veía, ya había pasado, ya habíamos compartido chicas.

Oí la puerta de entrada cerrarse, sabía que mi hermano se había marchado conteniéndose para no golpearme pero poco me importaba. Solo podía pensar en la maldita rubia que se encontraba en la mansión.

Solté mis pantalones y los bajé junto al bóxer mientras me acomodaba más en el sofá. Tomé mi erección y comencé a subir y bajar mi mano pensando en ella, en esa boca grosera y sucia. La imagen de su cuerpo arrodillado frente a mi, con mis dedos entre su cabello, tirando fuerte de éste y guiando su boca para complacerme me hizo jadear fuertemente.

Aceleré el movimiento de mi mano sintiendo el líquido preseminal humedecer mi polla aún más.

Recordé cuando la tuve entre mis brazos, saboreando la sangre que brotaba de sus perfectos muslos. Necesitaba más. Siempre necesitaba más sangre. Anhelaba volver a tenerla en cuatro con su culo expuesto ante mí, quería follarlo. Quería sentir cuan estrecha era y cuan húmeda estaba por mi.

Saborear sus jugos mientras la oía gemir mi nombre y pedirme más, amenazarme con que si me detenía me mataría.

Esa mujer me volvería loco.

Solté un gruñido. Me imaginaba marcando sus tetas con mi boca mientras la tenía atada, dispuesta para mi. Follarla tan duro que chillara y aún así me pidiera más. Anelís siempre quería más.

Sentí mi polla tensarse en mi mano para luego descargar todo. Mi deseo de tenerla en frente y llenarle la boca con mi semen me hizo sentir un escalofrío.

Sabía que no podía llegar a amarla, sin embargo, me arrodillaría sin duda ante ella para besar el paraíso húmedo entre sus piernas y venerarla como la diosa que era. De eso ni ella tenía dudas.