10.

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Ig: @vero.nez.x

Mírame con desprecio, verás un idiota. Obsérvame con admiración, verás a tu señor. Contémplame con atención, te verás a ti mismo.

- Charles Manson.

-Entonces, ¿ella pidió ser asesinada?- Ambos asintieron a la vez. No la juzgaba- Suena excitante.

-¿Qué ocurrió con tu madre, Anelís?- Preguntó Gareth y mi mirada se ensombreció. Me tensé. Él lo notó porque la comisura izquierda de su labio se elevó un poco.

-¿Qué ocurre con ella, querido?- Sonreí falsamente.

-Eso quisiera que me lo dijeras tú. Creíamos que tendrías al menos una pizca de inocencia pero muchas cosas nos hacen dudar.

Recordé a mi madre y sus palabras.

"Tu padre estaría orgulloso del monstruo que eres. Lástima que nunca te dejaré saber quién es ese maldito diablo."

Gad.

Su mirada estaba perdida. Toda ella se encontraba en un oscuro limbo del que no podía salir. O tal vez no quería.

-Ella no sabía que los demonios se hacen- Habló y su mirada volvió a nosotros. Sonrió cínicamente-. Pero los diablos nacen, no necesitan necesidad ni razón.

-¿Y tú, Anelís?- Pregunté yo esta vez- ¿Qué eres?

-Ego sum...

-¿Qué?

-Ego sum...- Comenzó a clavar sus uñas en las palmas de sus manos. Gareth y yo nos observamos y luego a ella- In interiore homine habitat veritas.

Sin más, se levantó de la banca de nuestro sótano y salió por donde había entrado hace casi una hora.

Anelís... Anelís. ¿Qué verdades ocultas tú?

¿Cuáles son tus secretos?

Anelís.

Nos encontramos de nuevo en el ridículamente grande comedor. ¿La diferencia entre esta cena y otras? Estaban todos tensos, tal parece que esperábamos visita.

Me limité a comer mi carne en silencio, al igual que todos. Pero yo tenía ganas de divertirme un poco.

-Hoy un oficial me ha llamado en el instituto para un interrogatorio- Hablé y observé a Geremah, quien dejó caer sus cubiertos al plato y me observó, tomó su copa de agua para beberla-. Por el asesinato de la chica pelirroja, esa que los gemelos se estaban follando en la fiesta.

Crack. La copa se hizo trizas en la mano de Geremah.

-Por Dios, querido, iré por el botiquín- Hera estaba apunto de levantarse a buscarlo pero la mano ensangrentada del hombre la detuvo.

-Mantente sentada- Quitó su mirada de ella y me observó a mi-. ¿Y qué ocurrió en el interrogatorio?

Su voz era fría pero yo no me dejé amedrentar.

-Oh, nada. No continué el interrogatorio, le hice saber que soy menor de edad.

-¿Mencionaste a los gemelos?- Su respiración estaba acelerada y su puño cerrado, sin importarle que su mano estuviera herida o que aún tuviera trozos de cristal en ella.

-Para nada. No lo creí conveniente. Después de todo, ellos no matarían ni a una mosca- Los observé y les guiñé un ojo-. Menos a una pelirroja que gime como una real diosa.

»Además, ustedes me han tratado como de la familia, y la familia siempre va primero.

Y Geremah sonrió, pero fue una sonrisa cínica.

-Anelís- Giré mi rostro a la responsable de esa voz. Tan elegante como siempre y con su característico labial rojo mate.

-Dime, Ítala.

-Me alegra que aún te quede ese hermoso pensamiento de lo que es una familia- Inconscientemente apreté el cuchillo en mi mano-. Digo, después de lo que ocurrió con tu madre y considerando que no conociste a tu padre...

-Mi padre nunca sabrá lo que se perdió y mi madre- hablé interrumpiéndola- si supo lo que merecía.

-Amén por ellos- Habló una voz a mi costado izquierdo y la observé. Debía ser ella.

-Elena- Pronuncié su nombre.

-Así es, Anelise- No pude procesar la extraña forma de llamarme porque una copa voló junto a mi cabeza y se estrelló justo a un lado de la de Elena. Ella no se inmutó, solo sonrió-. Hola, hijo.

Giré mi rostro y allí estaba Gareth de pie, al borde de un ataque de ira para luego soltar con asco.

-Bienvenida, madre.

Los secretos de Anelís. +18✔️ || Bilogía Secretos I [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora